La mejor sede para la Vinotinto es contar con total respaldo


Hace unos pocos meses atrás veíamos a Lionel Messi y Argentina celebrar la conquista de la Copa del Mundo en Qatar 2022, cuando en un abrir y cerrar de ojos esa máquina insaciable del fútbol que se alimenta de las esperanzas e ilusiones de millones de aficionados regados por cada rincón del planeta, ya anuncia las eliminatorias para la nueva cita ecuménica de este deporte que en 2026 compartirán Estados Unidos, México y Canadá.

Septiembre es la fecha señala por la Conmebol para dar inicio a la fase clasificatoria que repetirá el mismo calendario de la pasada edición, en cuyas dos primeras fechas Venezuela visitará de nuevo a Colombia en Barranquilla y recibirá a la siempre férrea Paraguay en una sede que aún no ha sido determinada por la Federación Venezolana de Fútbol.

Como suele ocurrir, ya se abrió la eterna puja entre los aficionados del país para exponer las bondades de cada estadio para recibir a la Vinotinto. En la eliminatoria pasada, el estadio Metropolitano de Mérida acogió el primer partido que culminó con la derrota 1-0 ante Paraguay, pero la emergencia sanitaria y los estrictos controles de bioseguridad exigidos por la Fifa y Conmebol obligaron a mudar la sede de los partidos al Olímpico de Caracas, donde la selección consiguió dos de los tres triunfos en la ruta al Mundial de Catar. Barinas, donde la Vinotinto de José Pékerman venció 4-1 a Bolivia, y el CET de Cachamay en el cual se cerró la eliminatoria con revés 0-1 ante Colombia, fueron las otras ciudades que acogieron a la Vinotinto.

¿Dónde debe jugarse el venidero clasificatorio? ¿Hay que hacerlo en una sede fija o repartir los partidos en varias ciudades, dependiendo del rival? La verdad es que a diferencia de Ecuador (Quito) y Bolivia (La Paz), que pueden sacar provecho a la altitud de sus sedes, Venezuela no tiene ninguna ciudad que pueda proporcionar alguna ventaja competitiva.

Sin importar donde se disputen esta vez los compromisos de cada fecha, la verdadera diferencia la debe marcar, en primer lugar, la FVF, cumpliendo a cabalidad con los compromisos económicos que asuma con el cuerpo técnico y los jugadores, para que ningún factor externo perturbe el proceso, como ocurrió en el pasado reciente con los ciclos de Noel Sanvicente, Rafael Dudamel y José Peseiro.

El ciclo de José Pékerman también se cerró de manera abrupta mucho antes de lo esperado. Sin embargo, el nuevo cuerpo técnico liderado por el argentino Fernando “Bocha” Batista tiene tiempo de trabajo adelantado, por sus 15 meses como asistente de Pékerman, y podrá afrontar la eliminatoria con la planificación y el conocimiento al detalle de los jugadores de la que careció Peseiro hace tres años.

La otra variable que le corresponde atender a la FVF es la de garantizar que los verdaderos aficionados al fútbol nacional, los que asisten cada jornada de la Liga Futve a respaldar a sus equipos, puedan acudir masivamente a la sede que se elija en apoyo a la Vinotino.

Por eso, el precios de los boletos debe ser accesible para todos los bolsillos, y habría que darle facilidades para que las barras identificadas y organizadas de los equipos de primera y segunda división puedan adquirir esas localidades para que la Vinotinto se sienta arropada por su público.

Clasificar a la Copa del Mundo no es tarea exclusiva de la selección; debe haber un ambiente favorable para el triunfo. No tenemos altitud, pero con actitud comprometidas de jugadores, técnicos, directivos y aficionados se puede dar un salto de fe.

Las frases

“La verdadera diferencia la debe marcar, en primer lugar, la FVF, cumpliendo a cabalidad con los compromisos económicos”

“La FVF debe garantizar que los verdaderos que asisten cada jornada de la Liga Futve puedan acudir a la sede que se elija”

“El precio de los boletos debe ser accesible para todos los bolsilos para que la Vinotinto se sienta arropada por su público”

Pueblo Nuevo se ganó a pulso la fama de ser una cancha fervorosa

La fama de que el estadio Pueblo Nuevo de San Cristóbal es la mejor sede para acoger los partidos de la Vinotinto surgió desde el gran respaldo que recibió la selección durante la eliminatoria al Mundial de México 1986. El Deportivo Táchira era por entonces el equipo más representativo del país y el fervor de los aficionados por los colores aurinegros se trasladó a la selección.

Las eliminatorias de la Conmebol se disputaban no como ahora en un todos contra todos, sino por grupos y a aquella selección nacional dirigida por el uruguayo Walter “Cata” Roque le tocó enfrentar a Argentina de Diego Armando Maradona, a Perú de Julio César Uribe y Colombia de Willington Ortiz.

Y aunque perdió en Pueblo Nuevo 3-2 con Argentina, 1-0 ante Perú y empató 2-2 ante Colombia, en la memoria colectiva del país quedaron sembrados para siempre los goles de René Torres y Hebert Márquez ante la albiceleste, y los de Douglas “Fósforo” Cedeño y Bernardo Añor ante los cafeteros que fueron celebrados con una pasión nunca vista antes en un estadio de Venezuela.

El Pachencho Romero vuelve a figurar en la lista de candidatos

La última palabra sobre la sede en la que se jugarán los partidos recae sobre el cuerpo técnico y su análisis no solo de las selecciones rivales, sino de las propias instalaciones deportivas. ¿Cuál es la cancha más favorable para el tipo de juego que quiere plantear la nueva Vinotinto del “Bocha” Batista?

Lo bueno es que de aquí a septiembre la Vinotinto podrá contar con varios escenarios en buenas condiciones para disputar los juegos.

El José Encarnación “Pachencho Romero” de Maracaibo es uno de ellos. Recuperó el esplendor de otros tiempos, ahora tiene uno de los terrenos en las más óptimas condiciones y vuelve a ser una alternativa.

También los estadios de Cachamay, Maturín, Mérida, Valencia y el Olímpico de Caracas tienen las condiciones apropiadas para que la Vinotinto se haga presente y reciba un caluroso apoyo de los aficionados para acompañarla en este largo y exigente camino de la eliminatoria.



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