Noti- Deporte: Eres esprínter si… – The arena swimming blog

Siempre me sorprende encontrarme con nadadores que hacen grandes tiempos en carrera y sin embargo eran los más lentos en el entrenamiento.

Muchas veces me pregunto cómo es posible y, sobre todo, por qué la misma persona que me deja atrás en el primer palmo de un 50 rápido no puede seguirme el ritmo en una serie más larga. Después de darle muchas vueltas he llegado a la conclusión de que se trata de raros ejemplos de la especie de los esprínteres.

¿Quieres saber si perteneces a la categoría? En este artículo intentaré identificar los rasgos característicos que le hacen a uno merecedor de la etiqueta de esprínter.

¡Tienes motor en las piernas…
Mientras los demás empiezan a sufrir de verdad por la fatiga y la falta de oxígeno en cuanto le dan intensidad a la patada, tú te sientes en plena forma (al menos durante los primeros 100 metros).

…y remos en vez de manos!
¿Para qué necesitas paletas? Kevin Costner nadaba en Waterworld como una criatura marina con sus dedos reticulares, pero tú has descubierto la fórmula para combinar la velocidad de la brazada con una poderosa fase de agarre. ¡Nadie puede contigo!

“En sus marcas, listos…”
Lo has oído mil veces pero el grito todavía te hace querer salir a toda pastilla. No cambias por nada los segundos antes del inicio y la adrenalina que bombeas en la plataforma de salida. ¡Tienes una adicción en toda regla!

¿El bañador? ¡Como mínimo una talla de menos!
Una vez coincidí con un esprínter joven que se estaba probando un bañador. Parecía imposible que aquella miniatura le valiese al potencial cliente. Había dos vendedores tirando de la prenda centímetro a centímetro y solo al cabo de una hora culminaron su formidable tarea. Si el bañador “entra”, quiere decir que es la talla…incluso si es una  talla de menos.

¡Eres la envidia de los nadadores de larga distancia!
Aunque nadas menos kilómetros que ellos en los entrenamientos, ¿quién podría explicarles la intensidad del esfuerzo desplegado en esas sesiones cortas?

Si terminas temblando en las series de larga distancia y acelerar es lo que te inyecta la dosis diaria de energía, ya no hay ninguna duda: ¡te puedes colgar la etiqueta de esprínter!

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