Uno solo nunca podrá – Líder en deportes


En el partido contra el Barcelona vimos erigirse a Karim Benzema, como un monstruo mitológico, al hombre que lo podía todo. Con tres goles, y uno inicial de Vinicius que inicialmente se lo atribuyeron a él, parecía el renacer de aquellos caballeros andantes de la edad media que iban por los pueblos de Europa sembrando heroísmos y leyendas.

Entonces, podría plantearse la posibilidad del futbolista que pudiese ser capaz de pedir la pelota, y sin ayuda de sus compañeros resolver los partidos. Mas, todo era una ilusión óptica, el sueño del ídolo súper.

Recordemos el partido: dos de los goles del francés fueron apoyos salidos desde el pie educado del brasileño, y en el otro, una reacción desde su propia cancha iniciada por Dani Carvajal, lateral derecho del Real Madrid…

El fútbol, por principio, por su naturaleza, es obra humana en el que impera el colectivismo, la asociación y no el individualismo. El Real Madrid ganó la Champions League sin Cristiano Ronaldo y el Barcelona pasea la liga en España sin Lionel Messi.

A veces un jugador puede resolver y por ello deslumbra, pero si se mira atrás, si se tiene el valor de desgranar cómo llegó ese balón a su dominio, entonces se verá que su gesta tiene más de un dueño.

Echemos la vista atrás y recordemos a la Vinotinto en los días de Juan Arango. En todas las situaciones conflictivas del medio campo sus compañeros levantaban la vista para ver dónde estaba el hombre para que él saliera adelante y solucionara el conflicto.

Y así ha sido en todos los partidos en la historia infinita de este deporte incierto, indescifrable, loco y divino: no ha habido uno que pueda resolverlo todo. Ni uno…

En una conversación de amigos hablábamos de las reformas que, urgidos por la evolución de los tiempos, han tenido algunos deportes. El ejemplo más evidente ha sido el del voleibol, que apremiado por la televisión modificó radicalmente su sistema de puntuación. Igualmente el beisbol, con la implementación del reloj para lanzadores y bateadores.

En cuanto al fútbol, su más revolucionario cambio de los últimos años ha sido la incorporación del arquero al juego; dejó de ser una pieza fuera de la estructura para incorporarse al colectivo.

El fútbol, pues, ha sido por tradición muy conservador, celoso de su reglamento, reacio a modificaciones que dañen su solidez. Por eso pensamos que el saque de banda, para muchos futboleros una jugada inútil, no va a ser cambiada y pasar de su ejecución con las manos a un saque con el pie.

Esto traería al juego alegría y goles, y acabaría, de cierta manera, con la mezquindad y el miedo a perder de los señores técnicos.

Nos vemos por ahí.



Source link