Cuando Tommy John se sometió a la primera cirugía reconstructiva de ligamento colateral ulnar (UCL) en 1974; que después sería bautizada con su nombre, las posibilidades de éxito eran remotas y ni hablar de las técnicas disponibles para realizar el procedimiento. Como decían en la popular serie de televisión Game of Thrones cada vez que nacía un Targaryen, ”los Dioses lanzan una moneda” en este caso, eran los Dioses del béisbol.
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Ahora bien, mucha agua ha corrido desde aquel 1974, donde el zurdo de los Dodgers de Los Ángeles se salvó de perder su carrera debido a ese desgarro de ligamento en su codo de lanzar, así como por ejemplo sucedió con Sandy Koufax, que se retiró prematuramente después de la temporada de 1966.
El proceso ahora es más eficaz
“Si hay inflamación en el codo, primero hay que disminuirlo (es decir, para toda la actividad para desinflamar) antes de examinarlo, porque de lo contario saldrá alterado (en las imágenes)”, dijo el Dr. Ricardo Quintero; quien es Cirujano Ortopédico y Traumatólogo, especializado en lesiones deportivas.
“Luego de desinflamar el área se deben realizar maniobras clínicas para buscar el punto de la lesión, si se sospecha [que hay desgarro], debe corroborarse mediante un estudio de imagen como la resonancia magnética y dependiendo del grado de la lesión, sugerir la cirugía”.
Esencialmente, la cirugía Tommy John busca reemplazar el ligamento dañado o desgarrado injertando cualquier otro del paciente y colocarlo en el punto anatómico del ligamento (el colateral al lado del cubito) y se realizan “túneles para pasar la sutura con el ligamento previamente preparado para reemplazar al lesionado”.
La recuperación toma generalmente de 9 a 12 meses, incluso 18 o más, en deportistas de alta competencia; en el caso que nos atañe en lanzadores de Grandes Ligas.
Ahora bien, con el pasar de los años, la frecuencia de realización de estos procesos ha ido aumentando exponencialmente. Y nada más lejos que la demanda que el máximo nivel de la pelota profesional les exige a los lanzadores para poder tener éxito.
Actualmente se prioriza la velocidad
“Hay muchos factores, uno de ellos es la preparación del lanzador, de un tiempo para acá MLB prioriza velocidad a colocación (de los envíos)”, comentó el Dr. Quintero. “Eso hace que el pitcher tenga que emplear más fuerza en la mecánica de lanzamiento. También por errores en la mecánica, entre otros”.
Cabe destacar que alrededor del 67% de los lanzadores; en general, que terminaron necesitando una cirugía Tommy John estaban lanzando pelotas rompientes antes de los 14 años.
No obstante, en lo que se refiere a Grandes Ligas, en 2014, Bleacher Report reveló que 124 de los 360 serpentineros que comenzaron esa temporada se habían sometido a la operación quirúrgica, incluyendo a los venezolanos Aníbal Sánchez (2003), Ronald Belisario (2005), Héctor Rondón (2010), Carlos Carrasco (2011) y Felipe Paulino (2012).
Por su parte, el Health Research Funding reportó para ese mismo año que antes del 2000 se realizaron no más de 10 intervenciones en escopeteros, con la excepción de 1996 y 1999; donde se registraron 11 y 19 respectivamente. Mientras que después de la entrada del nuevo siglo nunca ha habido menos de 20 procedimientos al año.
De hecho, en 2012 uno de cada siete lanzadores fueron sometidos a la cirugía, en 2017 ese promedio creció a uno de cada cuatro, mientras que en 2021 fueron uno de cada tres, año en el que se llevaron a cabo 142 intervenciones a lanzadores, de acuerdo a la data del analista de béisbol Joe Roegele.
Entre 60 y 70% recuperan su nivel anterior después de la cirugía
Un punto muy discutido con respecto a la cirugía Tommy John radica en cómo se desenvuelven los lanzadores después de recuperarse del procedimiento. El Dr. Quintero nos comentó que entre 60 y 70% logran recuperar el nivel anterior a la intervención, pero depende de cada caso y por supuesto de qué tan bien marche la recuperación.
“Si hay una recuperación progresiva bien planificada y estructurada, claro que sí”, expresó Quintero, Todo dependerá de la calidad de la cirugía y de la condición del lanzador”.
Aunque hay historias de éxito tras la operación como las de David Wells, John Smoltz y más recientemente Jacob deGrom, que se convirtió en 2018 en el primer abridor en ganar un premio Cy Young después de la cirugía, es incorrecto generalizar que puede ser ventajoso para cualquiera.
En ese sentido, el Health Research Funding constató que “1 de cada 5 entrenadores de béisbol cree que la cirugía Tommy John mejora el rendimiento de un jugador”. Ello lamentablemente refuerza esta falsa creencia, donde incluso se ha llegado a pensar que se debe acudir a la cirugía Tommy John sin necesitarla, así como vicios e imprudencias en la mecánica de lanzamiento en niños por pensar que se pueden corregir con dicha operación.
Se ha explicado que solo una rehabilitación muy pésima podría evitar que el escopetero pueda regresar a un nivel óptimo. De hecho, un 10% no vuelve con el mismo rendimiento de antes de la lesión y el 4% sufre complicaciones tras la ‘TJ’.
El Baltimore Sun relató un caso excepcionalmente raro, de un lanzador de George Mason que había asistido a la escuela secundaria en Salisbury, y murió en 2021 debido a complicaciones de la cirugía Tommy John.
¿El ‘reloj de pitcheo’ influye?
Finalmente, no podíamos dejar de escribir sobre el reloj de pitcheo, la controvertida regla que rige desde este 2023 que limita a los tiradores a ejecutar sus lanzamientos en un lapso de 15 segundos sin corredores en base y 20 con movimientos en las almohadillas, y que ha coincidido con una nueva oleada de jugadores que deben ir a quirófano.
Eso ha creado una matriz de opinión bajo la que se cree que ambos puntos están relacionados, siendo Max Scherzer uno de sus principales defensores.
Aunque otros como el venezolano Eduardo Rodríguez, han comentado que prefieren lanzar con más rapidez y a un mayor ritmo. No obstante, una mecánica incorrecta de lanzamientos y una mayor fuerza para imprimir mayor velocidad a los pitcheos siguen primando como principal argumento para que se den este tipo de lesiones.