La resiliencia definió carrera de Aníbal Sánchez 


El retiro que tantas veces se predijo finalmente llegó. El lanzador venezolano Aníbal Sánchez anunció este martes el final de su carrera de 16 años en Grandes Ligas, dejando sobre la mesa una historia de resiliencia digna de admiración. 

“Cuelgo el guante y el uniforme para dedicarme a mis otras pasiones… Hasta pronto”, se puede leer en el cierre de un emotivo escrito, publicado en sus redes sociales. 

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Unas últimas palabras de agradecimiento que dejaron ver entre líneas cuál fue la clave de su éxito: luchar por sus metas sin temor al fracaso. 

INOLVIDABLE DESDE EL DÍA 1 

Un no hit no run en su campaña de debut (2006) puso a Aníbal Sánchez en el radar de los venezolanos, en una época en la que Johan Santana acaparaba miradas a diestra y siniestra. 

Aquel seis de septiembre el jovencito de 22 años silenció por completo a la toletería de los Cascabeles de Arizona. Otorgó cuatro boletos y recetó seis ponches en medio de una labor de 103 lanzamientos. Fue idílico. 

Era apena el segundo lanzador venezolano que conseguía un juego sin hits ni carreras en el mejor beisbol del mundo, uniéndose al intocable Wilson Álvarez, que lo consiguió el 11 de agosto de 1991. 

Ese novato cerró ese año con una cosecha de 10-3 y 72 abanicados tras 114 innings y un tercio, repartidos en 18 apariciones. Su efectividad de 2.83 lo perfilaba como una promesa, tenía cutter, cambio, sinker, recta y podía manejar el slider y la curva.

En el camino las lesiones mermaron esas proyecciones, pero Aníbal Sánchez pudo reinventarse una y otra vez para prevalecer. 

GRANDE FRENTE A LA ADVERSIDAD 

En 2007 Aníbal Sánchez fue sometido a una operación artroscópica en su hombro derecho y eso puso fin a su temporada tras solo seis presentaciones. Reapareció el 31 de julio de 2008, pero reencontrarse fue sumamente difícil y fue justo ahí cuando dio su primera demostración de coraje. 

Luego de cerrar el 2008 con una elevada efectividad de 5.57, el venezolano volvió al año siguiente para ir de menos a más. Completó entonces 10 apariciones, volvió a superar la barrera de los 70 ponches y bajó su promedio de carreras limpias a 3.87, aun cuando su récord fue de 4-8.

Ya para 2010 era nuevamente una máquina que facturó 32 presentaciones y ganó 13 de ellas, dejó una efectividad de 3.55 y quedó a cinco entradas de las 200. 

Con ese ritmo se mantuvo en los Marlins hasta mediados de 2012, coqueteando cada cierto tiempo con actuaciones extraordinarias que recordaban su año de novato. En esa divisa terminó coleccionando 794 innings y un tercio repartidos en 133 juegos y se marchó con una efectividad de 3.75. 

Se mudo a Detroit junto a Omar Infante, en un cambio que involucró a otros tres peloteros. Pensó quizás que las pruebas más difíciles habían quedado en el pasado, pero la vida lo sorprendería una vez más. 

En sus primeras tres contiendas con los Tigres, Aníbal Sánchez usó mucho más la curva y el cambio y se vio más dominante. En 2013 y 2014 hizo más de 20 presentaciones, terminó con récord positivo y su efectividad estuvo dentro de los estándares. 

Todo cambió a partir de 2015 y en las tres campañas siguientes nunca pudo cerrar en positivo, su promedio de carreras limpias llegó hasta 6.41 (2017) y el control de sus pitcheos era un problema recurrente. Empezaron a predecir su retiro, pero él no se dio por vencido. 

PERSISTENTE HASTA SER CAMPEÓN 

Los años desastrosos con Detroit obligaron a Aníbal Sánchez a ir a los campos de entrenamiento con contratos de ligas menores para intentar ganarse un puesto. Y lo logró no una, sino dos veces. 

Hizo el equipo en 2018 con los Bravos y cerró aquel año con una brillante efectividad de 2.83, la segunda más baja de su carrera y la misma con la que terminó su campaña de novato 12 años atrás. 

Repitió la historia en 2019, en esa ocasión con los Nacionales, y cumplió el anhelo de todo pelotero. La ronda regular terminó para él con un buen récord de 11-8 y un promedio de carreras limpias de 3.85 tras 166 innings de labor. Y fue aun mejor en postemporada. 

Aníbal cerró la serie divisional con una efectividad de 1.80 y estuvo inmaculado (0.00) en la serie de campeonato. Al final fue campeón por primera vez en su carrera y dio otra lesión de resiliencia, pero no la última. 

El 2020 fue inestable y en 2021 no jugó, el retiro era evidente para muchos. Pero volvió, renació otra vez. Pudo tener una última campaña en 2022 con los Nats para tener claro en la memoria el principio y el fin de su carrera, consiguió su último baile con 38 años. 

ÍDOLO ENTRE CRIOLLOS 

Tras 16 campañas, y cuatro uniformes distintos, Aníbal Sánchez se retira con récord de 116-119 y una efectividad de 4.06. 

Está en la élite de los pitchers venezolanos que han visto acción en MLB, junto a los Cy Young Félix Hernández y Johan Santana, junto a los inolvidables Freddy García y Carlos Zambrano. En el ranking histórico es:

  • Quinto en victorias (116)
  • Cuarto en innings lanzados (2017.2)
  • Tercero en ponches (1774)



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