Los argentinos “invaden” Suramérica – Líder en deportes


No es que la inflación se trague el sueldo de la gente, ni que las elecciones de este año se presenten reñidas, tampoco que la selección de Argentina sea campeona del mundo. Lo que de verdad queremos tratar en esta nota es la presencia casi absoluta de los técnicos del Plata en las selecciones y equipos suramericanos, tal vez dirigidos, como nunca ha sido, por conductores de una sola nacionalidad.

Porque con seis de ellos en los equipos nacionales de cada país (Colombia, Chile, Bolivia, Paraguay, Venezuela y Argentina, solo exentos Brasil, Uruguay, Perú y Ecuador), se podría pensar en una “argentinización” del fútbol del nuevo mundo, pero no ha sido así. Los “misters” han respetado las ideas originales de cada geografía, y posiblemente ahí se fundamente su éxito. Es, además del conocimiento, la capacidad de adaptación a todo ambiente, a toda cultura, a toda manera de jugar.

Y por añadidura, los entrenadores argentinos se esparcen por el planeta, porque no solo es en España donde tienen presencia (Diego Simeone, al frente del Atlético de Madrid, bate records al tener doce años en el cargo), sino que en países de poca nombradía futbolística, como Albania, en algún momento la dirección técnica ha corrido a manos de uno de ellos. A la hora de las cuentas, son 63 regados por toda la geografía universal.

Y es una paradoja: aun con la rivalidad ancestral en medio de todo, aun con ese enfrentamiento en las canchas regionales entre brasileños y argentinos, es ya normal la presencia de entrenadores gauchos en el inmenso país de Vinicius de Moraes y Antonio Carlos Jobim. El último en llegar ha sido el siempre discutido Jorge Sampaoli, que hoy camina de un lado a otro, fiel a su estilo y en cada partido, en la banda del Flamengo.

Claro que además de todas las cosas dichas habrá que voltear hacia el poder del dinero. Es cosa sabida que el fútbol de Brasil es el que mejor paga en el continente; Gabriel Barbosa, “Gabigol”, gana casi 400 mil dólares mensuales por marcar goles para el Flamengo, y su compañero del mediocampo, Giorgian De Arrascaeta, no le anda lejos: 360 mil dólares cada 30 días. Estas cantidades siderales hablan de un mercado de 220 millones de habitantes en el que cualquier jugador de mediana calidad ya se puede considerar en la cofradía de los millonarios, y de una extensa cobertura televisiva capaz de vender trozos de la Luna el mejor postor.

No sabemos si es un asunto de épocas o modas. En un tiempo fueron los holandeses (que así se les llamaba a los hombres de Países Bajos), luego los brasileños hasta llegar a los colombianos. Pero de unos años a esta parte la gente de la provincia de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y de todo rincón de la patria de José Hernández y Martín Fierro arropa el fútbol con sus métodos.

A bailar tango llaman, que suene el bandoneón en el mundo entero.

¿Cuántos han pasado por aquí?

Con la accidentada llegada de Fernando Batista al puesto de mando de la selección Vinotinto, han sido seis los técnicos nacidos en Argentina que han llevado las riendas del equipo nacional.

Desde Rafael Franco, Gregorio “Pescaíto” Gómez, Carlos Moreno, José Omar Pastoriza, hasta llegar a José Pékerman, la selección ha sentido la mano del sur. Todos, no obstante su empeño, sus ganas de levantar, han estado perseguidos por la sombra de un fútbol que sigue sin alzar la frente en procura de mejores horizontes; y aunque siempre se agitan vientos de esperanzas, la realidad termina por disipar aquel tibio despertar.

Hoy Batista, hombre poco dado a la figuración pública, asume la tarea de subir la cuesta.
En septiembre comenzará la cruzada que tendrá como fin entrar entre los 48 que verán la luz en el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá.



Source link