En una jornada como la de este domingo, el venezolano Miguel Cabrera completó su trilogía de marcas en el béisbol de Grandes Ligas. La misma que comenzó hace casi dos años cuando inició la recta final hacia los 500 cuadrangulares.
Lee también: Contreras ya no será receptor en los Cardenales
No obstante, el capítulo cumbre que le faltaba a esta tripleta de películas que allanan más su camino hacia Cooperstown fue escrito hace un año, cuando pescó un envío en la tercera entrada del dominicano Framber Valdez de los Astros de Houston, que depositó en el callejón izquierdo y remolcó a dos compañeros.
De esta forma, Cabrera se convertía en el 18vo toletero en llegar a 600 dobles en su carrera, casi dos semanas después de conectar su imparable número 3.000 ante su compatriota de los Rockies de Colorado, el derecho Antonio Senzatela.
Igualmente, hay que resaltar que llegados a este punto, Miguel Cabrera sumaba a su lista de logros y marcas; una colección que fue construyendo a lo largo de toda su carrera, una hito más. Y es que solo dos jugadores; incluyendo a un latino, habían alcanzado de manera combinada 3.000 hits, 500 jonrones y 600 biangulares.
Dejó una vez más a su gentilicio en alto
Se trata de Hank Aaron y el dominicano Albert Pujols. Junto a ellos dos inscribió su nombre un venezolano, dejando una vez más el nombre de su país y de toda Latinoamérica bien en alto. Como solo él lo ha sabido hacer a lo largo de estos años de una carrera que está por llegar a su fin.
Ahora bien, esto además de demostrarnos toda la consistencia que ha acompañado a ‘Miggy’ en casi toda su trayectoria, nos habla también sobre la capacidad indómita; mucho mayor en años pasados, para poder dar conexiones de todos los calibres y en múltiples trayectorias.
De igual modo, también hay que resaltar la contundencia del swing de Miguel Cabrera; sobre todo en sus años mozos en la MLB, y esa tendencia a conectar líneas fuertes y tan bien colocadas que le dieron extrabases adicionales. De hecho, 1.460 de sus hits; incluyendo 360 de sus dobles, fueron conexiones de línea. Eso es más que sus batazos elevados.
No obstante, ahora en su año del adiós, Miguel Cabrera no está haciendo más que disfrutar y buscando dejar el listón lo más alto posible.