Sueños y bostezos, sábanas y cafés madrugadores. La televisión es hoy un miembro de cada familia, y cuando se juega cualquier campeonato mundial de la categoría que sea, es en la pantalla lo primero que la Fifa piensa: “¿Cómo hacemos para que este torneo llegue al mundo entero?, ¿cómo haremos para complacer a los anunciantes que pagan fortunas para ser sponsors de todo esto?”. Y junto a estas ideas surge la necesidad inaplazable de conquistar nuevos mercados.
Por eso el Mundial Femenino se juega en Australia y Nueva Zelanda, pues Oceanía había vivido por décadas en el pozo del olvido y nunca se había organizado algo trascendente en aquellos países. Y había razones: la lejanía había sido una muy importante, y el hecho de no ser países típicamente futboleros, la otra. Por aquellos cielos el rugby brilla en el firmamento más que cualquier otro deporte, y algo había que mover para que el Mundial fuese bien acogido. Hace algunos años a quién se le hubiera ocurrido montar algo de tanta envergadura en aquellos lugares, pero bueno, ya vemos que en el fútbol hasta lo imposible se puede conseguir.
Entonces aparece en el campo, flamante, mostrando con altivez su presencia y como si fuera a jugar el partido, el horario. América está separada de Australia y Nueva Zelanda por enormes diferencias de horas (en relación a Venezuela, a 14 de una y a 16 de la otra), y por eso seguir la mayoría de los partidos nos llevan a alterar nuestras costumbres de cama: casi todos son en las madrugadas. Ahora recordamos el Mundial en Corea del Sur y Japón, con las mismas dificultades de tiempo y organizado por la misma razón de la expansión territorial del fútbol. Pero, ¿a qué se debe toda esta explicación? Miremos hacia el título de la columna: “Mundial con trasnocho: la Fifa es europea”. El cambio horario que tanto afecta a los aficionados americanos es una bendición para los de Europa. Para ellos los partidos en Oceanía, como lo fueron en Seúl y Tokio, son a plena luz de sol, cómodos para verlos con una pinta de cerveza encima de la mesa o el mostrador de la barra, como se dice en Madrid, y no envueltos en cobijas como en este continente.
La Fifa, que sigue en paralelo el fútbol y el negocio, mira preferentemente hacia Europa. Es por allá por donde “sale el sol”, valga la metáfora, y donde está el dinero grueso que los tiempos reclaman. Y a esas multitudes hay que complacerlas llevándoles los juegos por televisión de la mejor manera para que no haya reclamos ni disgustos futboleros.
Ya casi no habrá campos disponibles para seguir conquistando, porque de norte a sur, de este a oeste, las pisadas del fútbol ya se sienten con firmeza en el planeta entero. Ya pronto, y de querer seguir su ritmo indetenible, solo quedará los planetas, satélites y astros del sistema solar para montar competencias: ¿ya habrán estudiados los horarios?
EN TIPS
2002
Para ver en Corea-Japón el inolvidable gol madrugador que le marcó Ronaldinho Gaucho a Inglaterra con el arquero adelantado, la gente debió trasnocharse.
2022
Las diferencias horarias con Catar no fueron tan grandes como pasó con Asia. Por eso en Venezuela se pudieron ver los partidos en hora conveniente.
2026
Para alivio de los aficionados, el Mundial a jugarse en Canadá, Estados Unidos y México, tendrá horarios accesibles. No habrá, pues, que desvelarse.
2030
El del Centenario tiene ofrecimientos de dos países en conjunto. La idea de Marruecos ha sido la más original: torneo en dos continentes, África y Europa.
Completo
Con la Copa en Oceanía, el fútbol ya ha montado campeonatos universales en los cinco continentes. En el próximo comenzará de nuevo la rotación.
¿Usted ya se despertó?
A los aficionados madrugadores no les han importado los horarios de contracorriente del Mundial Femenino.
No obstante, sí hay a quienes les ha cambiado el descanso nocturno, todos esos a los que levantarse de la cama en horas impropias y de sueños lindos y en colores debe ser el sacrificio mayor. No hay parrillas con abundante cerveza como en los partidos del Mundial de varones, y esto ha de ser para ellos lo más lamentable del emocionante fútbol de muchachas.
Cuántos aficionados deben haberse perdido el disfrutar del comienzo de los octavos de final con el Suiza-España jugado el sábado a la una de la mañana, y el Japón-Noruega tres horas más tarde.
La “fiesta de los noctámbulos” seguirá en cuartos de final y en semis, pero no hay de qué preocuparse: el partido final, el domingo 20 de agosto, se jugará, felizmente, a las seis de la mañana.