Fundación Yammine | ¡Entérate! Ruidos fuertes: ¿Cuáles son sus efectos en el ambiente?


La contaminación acústica es la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones, cualquiera que sea la fuente o emisor acústico que los origine, que implique molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza, o que cause efectos significativos sobre el medio ambiente. El ruido es un caso particular de sonido, en este caso no deseado, molesto o dañino

 

DAT.- Cada día, sin darnos cuenta, nos estamos exponiendo a un tipo de contaminación que muchas veces la sentimos, pero desconocemos que existe. Creemos que los ruidos fuertes, como las incesantes cornetas que escuchamos en las horas de mayor tráfico, o las actividades propias dentro de una construcción, solo producen algunos padecimientos como dolores de cabeza… ¡qué equivocados estamos! El ambiente también resulta afectado trayendo consecuencias negativas para el planeta.

A esto se le conoce como contaminación sónica o sonora, ya que los ruidos excesivos e intensos producen alteraciones en los espacios, principalmente en las grandes ciudades y en zonas en donde las actividades industriales tienen gran demanda. Este tipo de contaminación se diferencia porque no deja residuos ni se acumula en el ambiente y no se traslada hacia otros lugares, pero si deja una serie de consecuencias no muy evidentes.

La contaminación sónica está estrechamente relacionada con el aumento de enfermedades en el hombre como, por ejemplo: La pérdida progresiva de la audición, alteraciones en el ciclo del sueño, insomnio, somnolencia, déficit de atención, estrés, irritabilidad, aumento en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, entre otros.

La Fundación Yammine explica algunas de las consecuencias que produce la contaminación acústica en el ambiente:

Los animales que dependen del sonido para localizar sus presas como por ejemplo los murciélagos, se ven seriamente afectados por la presencia de sonidos intensos provenientes de las actividades humanas.

La pérdida de muchas especies se ve comprometida con la presencia de la contaminación sónica ya que los ruidos fuertes alteran los patrones de alimentación de ciertos animales.

Los radares de los barcos y los cañones de aire utilizados en la explotación petrolera y de minerales, emiten sonidos que viajan a muchos kilómetros, lo que interfieren en el sentido de orientación de los animales marinos que usan el sonido para buscar alimento, aparearse y comunicarse entre ellos.

 

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Los animales de granjas como las vacas también se ven afectados por los ruidos fuertes, estos originan estrés en ellos y hacen que no consuman la cantidad adecuada de alimentos, lo que repercute en la cantidad de leche producida.

La contaminación sónica provoca que muchos polinizadores se asusten y se vayan a otros lugares, afectando la polinización y propagación de semillas, afectando la sobrevivencia de muchas plantas.

Todos podemos ayudar a crear conciencia en torno a los efectos perjudiciales de la contaminación sónica y para ello se pueden hacer campañas audiovisuales que expliquen cómo afectan los ruidos molestos a la naturaleza. De igual manera la colocación de vallas con escritos o frases pueden surtir efecto en los habitantes para fomentar la concientización ambiental.

 

(Con información de Fundación Yammine)



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