Está claro que la temporada de Los Angeles Lakers no se va a fundamentar en una muy buena temporada regular, lo que importan son los playoffs y ahí tienen jugadores que son capaces de darle al equipo un salto de calidad. Para todo eso, la franquicia tuvo que deshacerse prácticamente de toda la plantilla salvo de dos: LeBron James y Kyle Kuzma. Del primero todos sabemos de lo que es capaz, y del segundo todos esperan que de un paso adelante y demuestre que la confianza que depositaron en él no es un mero proyecto, sino una realidad.
La gran baza que jugó a favor de Kuzma no fue solo el apartado estadístico, sino su capacidad de ser un jugador versátil y poder dar en ciertos momentos descanso tanto al de Akron como a Anthony Davis. Otra de las cosas que le dieron la oportunidad de quedarse, además de su juventud, fue la progresión de acierto en el tiro desde la línea de tres. Ya en su año rookie superó la barrera del 30%, cosa que volvió a hacer la temporada pasada incrementando esa cifra y ahora, no solo no está mal en ese aspecto sino que ni lo intenta prácticamente.
Frank Vogel asegura que: «Kuzma está encontrando su camino», y eso en teoría debe estar calmando la tensión dentro de la afición de los Lakers. La agresividad y la capicadad de poder promediar más puntos deben de regresar a la joven promesa de Los Angeles que parece no saber convivir con otra gran estrella como Anthony Davis. Aun así parece que la clave en su mejoría, que todavía está en fase de rodaje por su pasada lesión, reside en alejarse un poco del aro y probar otro tipo de canastas que no se solapen con el juego de sus otros dos compañeros.