En un deporte donde el agua lo es todo, no cuesta imaginarse hasta qué punto el cierre de piscinas por la pandemia deja a los miembros de un equipo varados en orillas opuestas y un tanto fuera de sitio. Entrenando en seco echamos de menos el chapoteo y los ratos que pasábamos en buena compañía.
Te proponemos unas cuantas actividades para inyectar entusiasmo en los entrenamientos virtuales en grupo y que os volváis a sentir un equipo.
1. Concurso
Utiliza de fondo una sintonía conocida y sorprende a los demás terminando el entrenamiento unos minutos antes para dejar hueco a un concurso al estilo de los de la tele. Se pueden hacer grupos de 4 y usar las salas de subgrupos en Zoom para que discutan las respuestas entre ellos.
Prepara preguntas sobre el equipo para que la gente se acuerde de episodios divertidos o momentos de gloria. Por ejemplo:
- ¿Quién tiene el record del club en los 200 espalda?
- ¿En qué disciplina sacamos mejor resultado en 2019?
Si no, también puedes recurrir a preguntas sobre los deportes acuáticos en general, a ver quiénes son los obsesos de la natación que se las saben:
- ¿Cuántos litros de agua hacen falta para llenar una piscina olímpica? (Respuesta: 2,5 millones.
- Antes de Michael Phelps, ¿quién tenía el record de medallas de oro en una sola Olimpiada? (Respuesta: Mark Spitz).
2. Compartir fotos
Otra buena manera de reavivar el espíritu de grupo es compartir fotos al principio de las sesiones de entrenamiento en Zoom. Lo mejor es guardar turnos y que cada día pongan sus fotos nada más unos cuantos miembros del equipo, para que la cosa sea breve.
Según la manera de ser de cada cual las fotos pueden valer para reírnos juntos, levantar la moral o compartir una mirada artística a la vida en el dique seco, pero en todo caso, lo divertido es la variedad de puntos de vista. Aquí van algunas ideas para despertar la inspiración:
- Autorretrato en el sitio de tu casa donde entrenas.
- El plato que preparaste anoche después del entrenamiento.
- El perro ataviado con tus gafas de natación.
Credit: AnnaMorosini/pomodoroproduzioni.it In this image: Emily Seebohm (AUS)
3. Club de lectura
Nada como un confinamiento para empezar a entrenar también los músculos de la mente. Hay un montón de libros de psicología deportiva que nos ayudan a trabajar con ellos igual que hacemos con los del cuerpo. Estos son algunos títulos que os pueden interesar:
- Número uno: secretos para ser mejor en lo que nos propongamos, de Anders Ericsson y Robert Pool. Este libro nos convence de que el talento no sirve sin esfuerzo y ayuda a desarrollar la ética de trabajo para ganar en determinación.
- El poder de la pasión y la perseverancia, escrito por Angela Duckworth. Explica varias formas de medir el éxito y ofrece consejos útiles para fijar objetivos.
- Todo se puede entrenar, de Toni Nadal. El preparador de Rafa Nadal enseña que competir, además de técnica, exige la fortaleza emocional necesaria para afrontar la presión y revertir situaciones adversas.
Otra posibilidad son las biografías de grandes deportistas, que siempre valen para motivarse y además le dan al equipo una visión más informada del deporte y sus héroes. Aquí tienes varias propuestas por grupos de edad:
- Para niños y adolescentes: Teresa Perales Cómics, una colección de tebeos con prólogo de Pau Gasol sobre la historia de la nadadora paralímpica española con más medallas en su haber.
- Para jóvenes: Sin límites: como superar los obstáculos y lograr tus sueños, un libro en el que Michael Phelps nos cuenta su preparación para los Juegos Olímpicos del 2008.
- Para veteranos: Travesía interminable, de Antonio Argüelles, un interesante relato sobre el nadador más veterano en superar, a los 58 años, el reto de los Siete Mares, un logro en aguas abiertas equiparable a las Siete Cumbres en alpinismo.
De todas maneras la clave no está en los títulos. Podéis disfrutar la literatura que prefiráis, porque lo que cuenta es compartir un buen rato con el equipo.
4. Preguntas y respuestas
La sesión de preguntas y respuestas, con los miembros del equipo contestando por turnos, es siempre una manera divertida de romper el hielo. Las preguntas pueden ser como las siguientes:
- ¿Cuándo empezaste a participar en competiciones de natación?
- ¿De qué carrera estás más orgulloso, u orgullosa, y por qué?
Son preguntas orientadas a recordar a los deportistas los buenos momentos y a mantener la conexión con su deporte. Mejor todavía si consigues hacerles pensar en lo que estos tiempos difíciles les han aportado de bueno:
- ¿Qué afición has descubierto durante el confinamiento y ahora no puedes pasar sin ella?
- ¿Qué has hecho estas últimas semanas para cuidar cuerpo y mente?
Y a ti, ¿qué idea te ha gustado más para los próximos entrenamientos virtuales en grupo? ¿Se nos ha olvidado alguna actividad que realizas con tu equipo? No dejes de contárnoslo. Hasta que abran las piscinas, cuídate. ¡Ya queda menos para lanzarse al agua!
Mientras esperamos el momento de volver a la piscina…
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