Noti-Deporte: Alexander Zverev y un Grand Slam que se aleja

Hace no mucho hablábamos en este portal de cómo Alexander Zverev podía ser uno de los grandes tapados en esta gira de tierra. Su idilio con Roland Garros siempre estuvo ahí, y la arcilla parece democratizar el circuito… pero su inicio de gira no está siendo la esperada.

Cuando Alexander Zverev sometió a Carlos Alcaraz durante dos sets en los pasados cuartos de final del Open de Australia 2024, la sensación generalizada del público es que su mejor versión había regresado. Esa bestia capaz de hacerse con un oro olímpico y dos ATP Finals, con un saque aterrador, un revés convertido en un látigo y una derecha que también pica cuando tiene confianza, parecía haber alcanzado un estado de plenitud y contaba, además, con la pizca de hambre necesaria que serviría para equilibrar una mandíbula no siempre dispuesta a recibir golpes en momentos importantes.

Fue en Roland Garros donde todo se desvaneció para el de Hamburgo. Allí, hace dos años, se encontraba inmerso en una pelea a cara de perro con Rafael Nadal. El rey de la tierra sufría ante las acometidas de un Zverev que, a pesar de caer por un set, parecía mostrarse mucho más entero y resistente físicamente. Sus golpes hacían daño: el segundo set, quizás, podía equilibrar el aspecto mental y dejarle cerca de la tan ansiada línea de meta. Un grito desgarrador, un chasquido de dedos y cualquier posibilidad se esfumó, transformando el sueño en pesadilla y haciéndole entrar en una nueva etapa: la de recuperar confianza y volver a confiar en tu cuerpo. Una etapa que, a pesar de una nueva y dolorosa derrota ante Medvedev en semifinales de Melbourne, ya parecía superada.

UN INICIO ATERRADOR CON UNA FALTA DE CONFIANZA PREOCUPANTE

Es por ello que Sascha llegaba a esta gira de tierra batida como un nombre muy a tener en cuenta. Posee la experiencia en rondas finales de Grand Slams, especialmente en París, que otros jóvenes «príncipes» no han recabado todavía. Venía lanzado, ha demostrado que puede jugar el mejor tenis de su carrera en arcilla y tiene en esta gira a varios de sus torneos fetiche, donde coronó por primera vez en un Masters 1000 (Roma), donde se siente como en casa (Munich) o su Grand Slam más consistente (París).

Y, sin embargo, el balance tras varias semanas de competición deja a un Zverev aturdido. Sin brújula. Sin un plan de juego preciso que le permita superar la lentitud de la tierra batida. Dominado ante dos jugadores que mostraron más variantes y adaptabilidad que él. A punto de recibir, de no ser por un bajón casi inexplicable, un 6-0 en su primer gran compromiso (ante Stefanos Tsitsipas). Recordando fantasmas de épocas oscuras, en el mismo lugar y en la misma ronda (derrotado ante Cristian Garín en Munich). ¿Es este el Zverev que nos esperábamos?

La respuesta es clara: no. Y el Mutua Madrid Open se antoja como bálsamo casi incontestable, una especie de ahora o nunca que puede marcar el recorrido de Sascha en los próximos dos meses. Allí, la tierra batida le es aún más benévola: potencia su saque y le permite, también, entrar en el cuerpo a cuerpo desde el fondo de la pista. Una plaza donde ya conquistó el título (2021) y que aparece en el horizonte como un torneo donde su resurrección debe empezar. Con un Sinner alejado de su mejor superficie, un Alcaraz entre algodones, un Djokovic en año olímpico y sin todo el ritmo que quisiera tener y un Nadal que va en busca del último milagro, la ventana de oportunidad para ese tan anhelado Grand Slam se presentaba como nunca antes se había presentado para Sascha… pero al alemán le está costando entrar por la misma puerta. La ventana queda lejos… aunque aún tiene tiempo para encauzar el rumbo. ¿Lo conseguirá?

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