Noti-Deporte: Descubrimos a Darwin Blanch, primer rival de Rafa Nadal en Madrid

Es posible que alguno de los que vaya estos primeros días al Mutua Madrid Open se cruce con Darwin Blanch y piense que es Ben Shelton. Físicamente, este chico de solo 16 años, es clavado a un Ben que ya comentó de manera simpática el parecido entre ambos. Darwin ha copado noticias en los principales medios de España puesto que será el primer rival de Rafa Nadal en Madrid. 

Es muy probable que todavía no hayáis oído hablar de él. Solo aquellos que siguen el circuito júnior saben ya de la existencia de Darwin y es que el estadounidense viene haciendo un circuito júnior absolutamente espectacular, logrando su primer punto ATP con solo 14 años y cinco meses, logrando además muchos títulos en esta etapa inicial y habiendo disputado ya semifinales de Roland Garros y Wimbledon júnior. Para su edad, todos estos logros hablan de que el proyecto de tenista es más que bueno.

Eso sí, si le escuchan hablar, Blanch parece más español que la paella. Esto se debe a que su padre es español. Ernesto, directivo de Coca Cola, viajó por todo el mundo gracias a su trabajo y eso hizo que Darwin tenga raíces españolas, argentinas, estadounidenses e incluso tailandesas. Vamos, una mezcla que hace que tenga un poco de todo en su tenis.

Le corre tenis por las venas

Como a sus hermanos, Darwin eligió el tenis como deporte. Quedó enamorado a primera vista y desde que apenas levanta un par de palmos del suelo, vive y respira tenis desde que se levantaba a las 5 de la mañana para enchufar la tele y ver los partidos. 

En su primera etapa como aprendiz, cuando apenas tenía 6 años, Darwin fue tutelado por Rick Macci, quien fuera mentor de las hermanas Williams y Andy Roddick, entre muchos otros. Macci, que no ha entrenado a pocos jugadores, dice de Blanch que es uno de los mejores chicos que ha estado bajo su paraguas. De él destaca lo que le interesa estudiar el juego táctico, pese a lo joven que es, y la increíble derecha que tiene.

Su juego: ADN moderno

Su derecha es mortífera, muy adaptada a lo que es el tenis actual, que demanda un golpe de derecha contundente y con potencia, capaz de dominar a los rivales. Darwin lo tiene, siendo además zurdo, lo que implica u nextra más de peligrosidad. Macci define la derecha de Blanch como “una de las mejores que él ha visto a su edad” y cree que, si sigue progresando de la manera en la que lo viene haciendo, será una de las mejores derechas del circuito dentro de unos años.

Pero si su derecha es buena y le pega con bastante potencia a su corta edad, su saque es todavía mejor. Natural server. Eso es lo que mejor podría definirle. Alcanzando ya el 1,90 a sus 16 años, el servicio de Darwin aparece en negrita en su tarjeta de presentación. Capaz de sacar sin pestañear a más de 210km/h, a nivel mecánico es un golpe delicioso a la vista y duro de tragar como rival. Con mucho margen de mejora todavía, por razones obvias, apunta a ser un golpe a tener en cuenta como candidato futuro a ser el mejor servicio del circuito.

Capaz de pegarle durísimo desde cualquier lado de la pista, Darwin ya ha fijado los cimientos de su tenis para convertirse en un tenista que pueda pelear por grandes cosas el día de mañana. Tiene madera de algo importante. Al menos, esa es la sensación que se desprende por la familia y el círculo que tiene, y los sitios en los que ha elegido aprender, como la academia de Rafa Nadal o la de Ferrero.

Precisamente, en Equelite, ha pasado este último tramo en su carrera donde ha empezado a hacer sonar su nombre en distintos torneos. Bajo el ala de IMG y gracias a las invitaciones, ya ha podido debutar a nivel ATP en el torneo de Miami (perdió 4-6 2-6 ante Machac) y tendrá el regalo de enfrentarse a Rafa en Madrid. Un partido que, obviamente, le viene todavía muy pronto como para pensar en una victoria (aunque todo puede pasar en la vida), pero del que seguro podrá aprender mucho para su carrera.

Ya está habituado a entrenar con Carlos Alcaraz en Villena. Ahora le tocará conocer de primera mano cómo es el tipo de bola del mejor que jugó jamás en tierra batida. Ahí, frente a la bestia de Manacor, podrá mostrar al mundo varias de las armas que tiene. Un partido muy bonito para el espectador, que podrá presenciar un contraste de generaciones nunca vista en un partido ATP, ya que esos casi 22 años que separan uno y otro no se había dado jamás. Y es que, ¿quién sabe? Quizá dentro de diez años hablaremos con nostalgia de este partido, con un Darwin Blanch que puede que ya esté situado entre los mejores del mundo.

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