Asociamos a Rafael Nadal con términos grandilocuentes que hablan de luchas casi sanguinarias, de batallas eternas por la gloria. Quizás por ello su derrota en el último Conde de Godó tuviese un deje aún más amargo… y es que él mismo es quien la desgrana con franqueza, admitiendo que una gran guerra no estaba en sus planes.
Y esa es una de las cosas que, quizás, más tristes nos deja de su comparecencia en este último Conde de Godó 2024. Porque la alegría de su primer partido, la ilusión por ver esa derecha incombustible y perenne volver a dominar a un rival, contrastó demasiado rápido con la falta de revoluciones en un motor que quiere pero, al menos todavía, no puede. Es el propio Rafael Nadal quien admite que una batalla física, en esa segunda ronda del torneo barcelonés ante Álex de Miñaur, no estuvo nunca en sus planes: que jugar al máximo nivel durante al menos dos horas y medio de encuentro era poco menos que una quimera. Lo hizo, horas después de su derrota, en unas palabras con RTVE tan concisas como sinceras… eso sí, con una última esperanza: la de reaccionar a un aumento gradual de la intensidad que le permita, al menos, escribir las últimas páginas de su dorada historia.
– Sensaciones en el epílogo de una bonita historia
«Bien. Lo positivo para mí es que he podido jugar una vez más, hace una semana pensaba que podría no volver a jugar aquí en Barcelona, con lo cual esto es lo más positivo. Lo segundo más positivo es que he terminado el torneo sin lesionarme: he tenido que tomar mucha precaución e ir con mucho cuidado en todo momento, pero se ha conseguido. Por el contrario, la pena es que no he podido jugar lo que me hubiera gustado para intentar jugar el torneo y ganarlo. Por mi situación actual, he tenido que jugar con el freno de mano muy puesto, pero no queda más remedio que eso, intentar aceptarlo en todo momento. No es fácil: va totalmente en contra de mi forma de entender el deporte, pero a día de hoy es lo que hay, y tengo que actuar como toca para darme opciones en próximas semanas».
– Pensamientos durante un partido en el que la victoria solo pasaba por la vía rápida
«Siendo honestos, jugaba contra un jugador de primer nivel que ha rendido a un nivel altísimo y viene muy bien todo el año. Ha dado un paso adelante en su nivel y en su carrera. Para mí, no merecía nada más. Sabía que cuando perdí el primer set 7-5, el partido estaba acabado. En el segundo set tuve opciones de ganar algunos juegos, pero yo no estaba preparado, y esto estaba más que hablado con el equipo, de que yo no podía luchar un partido a una intensidad tan alta durante dos horas y media, que es lo que hubiese necesitado una vez perdí el primer set. Hubo un momento clave: con 4-3 y 15-30 o 0-30, pero fallé dos restos, si bien son fruto de la presión que tenía en aquel momento, porque necesitaba ese primer set para tener opciones de ganar. En el segundo solo había algo vital en mi cabeza: no hacerme daño».
– Nuevo ciclo hacia la recuperación: ¿qué podemos esperar de Rafael Nadal en los próximos torneos?
«Veremos. Mi objetivo es, al menos, poder jugar los torneos… y después, el día a día me marcará a ver si realmente puedo jugarlos, no a nivel de resultados, pero sí ser capaz de luchar por ellos, de luchar por salir a la pista y darlo todo. Eso me lo irá marcando mi día a día, ver cómo mi cuerpo se va adaptando, cómo tolera el incremento de cargas. Voy a darlo todo y luchar para darme oportunidades, porque hoy no he podido luchar lo que me hubiese gustado en el segundo set».