El récord de Geherig superado por Ripken


“Vivir dentro de la cárcel de la fama, es peor que vivir dentro de la otra cárcel”… Elvis Presley.

La pregunta de la semana: Hace hoy 85 años del final de uno de los récords más celebrados en la historia del beisbol. ¿Recuerdas cuál es?

La respuesta: En la mañana del dos de mayo de 1939, Lou Gehrig se reunió con el mánager de los Yankees, Joe McCarthy, y le dijo: “Por favor, no me incluya en la alineación para el juego de hoy. Me es imposible ayudar al equipo”.

El mánager colocó en el orden al bate a Babe Dahlgren como primera base, después que Gehrig había ocupado ese lugar durante 14 años, en dos mil 130 juegos, cadena que había comenzado el primero de junio de 1925, cuando fue llamado a ser emergente al bate.

Esa seguidilla de apariciones consecutivas en juegos de Grandes Ligas, fue el récord, hasta que lo superó Cal Ripken hijo, quien llegó hasta dos mil 632, y se cerró el 20 de septiembre de 1998.

“Si ya estas viejo, no te apures en estar rezándole a Dios, pronto podrás hacerle tus pedidos personalmente… Joseph McKadew.

Muy deficientes van los umpires este año. Las protestas las están oyendo hasta Papa Dios, San Pedro y Cía. en el Más Allá de sus predios.

Porque no menos de la mitad de los umpires de las Mayores sufren de una ceguera empedernida, que les impide ver la zona de strike y de un aceleramiento enfermizo para aplicar el relojito de Rob.

Lanzadores estelares como Max Scherzer (Rangers), han estallado públicamente en protesta contra las estúpidas anormalidades. “Necesitamos calificar a los umpires” ha dicho Scherzer, “y los que no sirvan en Grandes Ligas, deben ser enviados a las menores”.

A Ángel Hernández, no. Ese no tiene remedio. Y no es justo echarle tal broma a las menores. A Hernández hay que mandarlo a su casa, en vuelo directo y con pasaje solamente de ida.

Por manada de abejas suspenden en Phoenix. De pronto centenares de abejas volaban y zumbaban por el campo, en el estadio de Phoenix, creando el terror entre los uniformados de Dodgers y Diamondbacks. Tuvieron que contratar un especialista en abejas, llamado Matt Hilton, para que arreglara las cosas. Todo fue debido a que las ponzoñosas muchachonas de la miel, habían armado tremendo nido en lo alto del back stop. El juego estuvo suspendido durante cerca de dos horas.

“Lo más difícil es conocernos, lo más fácil, hablar mal de los demás”… Tales de Mileo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.



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