Noti-Deporte: Sabalenka ruge en Madrid tras un victorión ante Rybakina

Tuvieron que llegar Aryna Sabalenka y Elena Rybakina a arreglar el desaguisado de la jornada de jueves en Madrid. Bielorrusa y kazaja nos regalaron una fantástica batalla en un duelo de poder a poder y mucha tensión. Finalmente, el triunfo cayó del lado de la número dos del mundo.

El circuito femenino al rescate. Concretamente, Aryna Sabalenka y Elena Rybakina. En una jornada marcada por abandonos, retiradas y, en general, poco tiempo de juego en la Manolo Santana, la Caja Mágica aguardó al último duelo del día como agua de mayo. Y bielorrusa y kazaja no iban a decepcionar al público, enzarzándose en una verdadera batalla con golpes que fueron a la velocidad de la luz. Calmó mejor sus nervios y acabó en tónica ascendente Aryna, que despeja las dudas tras el último Open de Australia y vuelve a una final en un Mutua Madrid Open 2024 que ya podría considerarse uno de sus torneos talismanes del circuito (1-6, 7-5, 7-6(5)).

Quién lo diría tras observar la primera hora de juego. Cuando el marcador rezaba 6-1 y 4-2 favorable a la kazaja, la Manolo Santana enmudecía. El partido fluía en una sola dirección: no necesitaba hacer Elena nada especial, puesto que al otro lado de la red se encontraba un tren bala con múltiples descarrilamientos a sus espaldas. Incapaz de redireccionar juego y con una clara tendencia a la precipitación, nada hacía presagiar que Sabalenka pusiera freno a la sangría.

Sin embargo, las grandes campeonas tienen intangibles y cualidades que desafían a la lógica. Son capaces de reengancharse a un partido y de confiar en su arma de trabajo en apenas un par de puntos, en golpes fugaces que generan un click mental que las acaba convirtiendo en imparables. No es que Sabalenka se volviese invencible, pero sí aterrizó al duelo justo antes de que sonase la campana: se dio algo más de aire, empezó a direccionar mejor sus tiros y provocó dudas en una Rybakina exigida a subir una marcha más. Lo hizo, se colocó 5-4 y sacó para partido… y ahí, con 30-30, llegaron dos errores fatales (el primero de ellos, una derecha muy cómoda a media pista) que sirvieron como salvavidas para Sabalenka.

ARYNA GRITA, EMPUJA… Y CELEBRA

No desaprovechó ese cambio de momentum la bielorrusa, que poco tardaría en cerrar el segundo set. Los gritos y exabruptos emocionales devolvieron a la vida a un público que presenciaría poco después un set de poder a poder entre la número dos y la número cuatro del mundo. Dos grandes versiones coincidieron en el tiempo y firmaron un set decisivo con la igualdad por bandera, compartiendo juegos al saque imperiales, imponiendo su ritmo de bola a partir de su primer golpe, peleando por la línea de fondo como si fuese el último partido de sus vidas.

En esta situación, llegar al tiebreak del set decisivo suele ser buen negocio para quien llega con más confianza. Esa era la bielorrusa, renacida tras mirar a las fauces de la derrota, encontrando algo más de orden en su tenis y activando los paralelos para desbordar a una Rybakina algo más lineal en el final del partido. Es un triunfo de bandera para Aryna, una victoria para volver a creer, para darse una palmadita en la espalda de cara a su próximo gran objetivo. Antes de Roland Garros, eso sí, ya pisa la final del Mutua Madrid Open 2024, buscará su tercer título en la capital española ante Iga Swiatek… y por el camino ha devuelto el golpe a una de sus grandes rivales generacionales, a quien vuelve a derrotar en una gran cita y de quien se cobra revancha tras el desastre de Brisbane. Todo son alegrías, y nunca vienen mal.

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