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Sí, confieso que nos venimos arriba demasiado pronto con Joao Fonseca. Cuando ganó a Rublev, en Australia, nos creamos unas expectativas tremendas con él. Cuando ganó Buenos Aires, semanas después, lo vimos ganando Grand Slams demasiado pronto. Puede que eso sea cierto, pero hay una cosa que hay que tener clara con él: debemos tener paciencia.
Joao ha terminado su periplo por los Grand Slams en este año con victorias en todos ellos. En Australia se quedó en segunda ronda. En París, en tercera. En Wimbledon, en tercera; y en Nueva York, en segunda ronda. Se convirtió en uno de los tenistas más jóvenes en ganar sus primeros partidos en todos los grandes, así como sale del US Open 2025 entre los 40 mejores del año. Impensable allá a mediados de enero.
Tan cierto como que, a sus 19 años, Fonseca está teniendo números tremendamente buenos para ser su año de debut en el circuito, entonamos el mea culpa cuando en febrero le dibujábamos como ganador de Grand Slam más pronto que tarde. Nos vinimos arriba, como decía antes, pero somos seres humanos, y cuando vemos algo nuevo y reluciente, nos pensamos que es la mayor joya que ha existido. Así somos.
Y tú, que me estás leyendo, eres igual, solo que no quieres admitirlo. ¿Verdad que pensaste de ese chico o esa chica que recién acababas de conocer que era la persona más maravillosa que había existido y que te habías enamorado como nunca? ¿Verdad que poco después dijiste la frase “qué ciego estaba”? Nos cegamos y vemos cosas donde no las hay porque queremos correr antes que andar.
Reconociendo mi error de haber creado más expectativas de la cuenta con Fonseca, no hay que dejar de reconocer que este chico tiene algo especial. A diferencia de otros de su edad, posee armas muy buenas. De notable. Posee de serie ciertas características que otros tardan años en construir. Y si sabe rodearse bien, trabajar de la manera adecuada y tener paciencia, Joao dentro de un par de años estará peleando por entrar al Top 15 – Top 10.
Obvio que tiene carencias y puntos débiles. Para mí, las más evidentes, su falta de planes alternativos cuando su juego ofensivo no sale porque no tiene el día, así como no ahogarse en errores no forzados una y otra vez. Por supuesto, también la movilidad y el físico. Aún por hacer, a sus 19 años, posee mucho margen de mejora a nivel físico y esto es trabajo de fuera de pista. Lo primero requiere de saber elegir qué técnico puede sacar mayor potencial, por si el actual se queda corto; lo segundo, de echarle horas a la cinta y en el gimnasio.
Seguro que muchos me sacarán el Ranking y los logros de Alcaraz, a la edad de Fonseca, como si eso fuese el punto de partida o el listón al que todo tenista debe llegar si quiere tener éxito en el tenis. Esto no es así. Si no se ha ganado un Slam con 19 años y se ha sido número uno a esa edad, como Carlitos, eso no quiere decir que seas la mayor mierda que ha existido en el desierto. Cada uno tiene su camino.
Los hay que alcanzan su madurez a los 18, otros a los 21, y otros a los 25. Y está bien. Aunque se tarde más, no por eso hay que perder la esperanza. Wawrinka estuvo más cerca de los 30 que de los 20 cuando explotó, y seguro que se reirá si alguno le dice que no supo explotar de joven, ¿no creen?
No sé cuántos grandes títulos ganará Joao Fonseca en su carrera, no tengo una bola de cristal, pero sí que creo que será un gran añadido en el circuito el día de mañana. Quizá dentro de dos, tres o quizá cinco años, pero creo que el brasileño llegará a rondas finales de Grand Slam y de M1000, y que le pondrá las cosas difíciles a los Sinner, Alcaraz, y los que estén por venir.
Bajando las expectativas que tenía sobre él y reconociendo lo equivocado que estaba en febrero/marzo cuando lo vi ganando antes de tiempo, quizá dentro de un tiempo recuerde este artículo para mostrar a todos que sí, que Joao estaba para pelear frente a los grandes y para ser un jugador a seguir y tener en cuenta. Uno de esos que te enganchan a la tele y que te anima a seguir confiando en este maravilloso deporte que es el tenis.