
🎾 Ivan Gakhov vs Henri Squire
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Ivan Ivanov es un nombre que vamos a empezar a escuchar con asiduidad en el circuito masculino. El joven de 16 años se ha convertido en el décimo tenista de la historia del circuito junior en ganar Wimbledon y US Open en el mismo año. Algo que también realizó su compatriota e ídolo: Grigor Dimitrov.
El tenista de 34 años es un referente para todos los jugadores de su país, sobre todo si se tiene en cuenta que Bulgaria nunca ha tenido mucha historia en el mundo del tenis. Y ahora, que la carrera de Dimitrov entra en su recta final, condicionada por las lesiones, la aparición de Ivanov se ha convertido en la gran esperan del tenis búlgaro. De hecho, unos días después de su triunfo en Nueva York tendrá el honor de jugar bajo la bandera de su país en la eliminatoria de la Copa Davis del próximo fin de semana. Sin embargo, habrá que ir con paciencia con el muchacho, si se tiene en cuenta que de los diez tenistas que hicieron doblete en juniors en Wimbledon y US Open solo Dimitrov (2008), Stefan Edberg (1983), Pat Cash (1982) y Billy Martin (1973, 1974) tuvieron una gran carrera en el circuito ATP.
Entrena en la Rafa Nadal Academy
De lo que no hay duda es de que Ivan Ivanov tiene el potencial para llegar lejos en el mundo del tenis. De hecho, entrena en la Rafa Nadal Academy y el propio jugador explicó como ocurrió: «Fue antes de Les Petits As cuando la academia me invitó a un periodo de prueba. Allí simplemente lo probé. Me gusta mucho jugar allí. Me gustó mucho, así que me quedé. Luego firmamos el contrato y llegamos a un acuerdo, así que llevo allí ya unos cuatro años».
Pero aquel momento fue, según él, uno de los más duros de su temprana carrera: «Probablemente, sea una de las cosas más difíciles, estar lejos de tu madre, de tu padre, y ser tan joven y estar en una etapa tan temprana de tu vida. Es algo muy difícil de afrontar. Estoy muy contento y muy agradecido de que puedan venir a verme a menudo, así que los veo quizá dos o tres semanas al mes, todos los meses y todos los años. Estoy muy feliz por eso. No voy a casa, a Bulgaria, lo cual no me gusta demasiado, pero cuando tengo tiempo, siempre me encanta volver a mi hogar y disfrutar allí».
Jugó la final con su compatriota Alexander Vasilev en el día de la unificación de Bulgaria
Como ya ocurre con Dimitrov, cuando Ivanov juega en un gran escenario la pista se llena de banderas búlgaras y más si cabe si cuando juegas la final del US Open junior coincide con el día de la unificación de Bulgaria (6 de septiembre) y tu rival es tu compatriota Alexander Vasilev: «Jugué muy bien y nuestros deseos se hicieron realidad. Nos enfrentamos a Alexander en la final. Una final totalmente búlgara y un público totalmente búlgaro. Sabía que iba a venir gente y hacían mucho ruido. Estoy muy contento de que hubiera tanta gente viendo el partido, así que estoy muy feliz por ello. Ahora que hemos jugado en ese día tan importante para nuestro país, estoy muy contento de que haya llegado este éxito».
Dimitrov, el mejor espejo en el que fijarse
Tras conquistar Wimbledon y US Open junior, las comparaciones con Dimitrov son inevitables, pero Ivanov prefiere centrarse en lo que significa Grigor para Bulgaria: «Tener un ejemplo como él en Bulgaria y tener a alguien a quien admirar es algo increíble. Quiero decir, muchos países con una población similar a la nuestra no tienen a alguien así. Nosotros tenemos la suerte de tenerlo. Estoy muy contento de que, aunque no hayamos hablado, ni hayamos jugado juntos, ni hayamos entrenado juntos, me aporte muchas cosas positivas, muchas cosas que puedo aprender de él y ejemplos positivos».
Ahora, apenas tendrá tiempo para celebrarlo porque deberá de centrarse en su debut con Bulgaria en Copa Davis, algo de lo que está deseando realizar: «Estoy muy emocionado. Tengo muchas ganas. Creo que voy a ir el viernes o el jueves, así que tengo muchas ganas de jugar y competir por Bulgaria. Si ganamos, podemos pasar al grupo mundial, así que estoy muy emocionado», sentencia un Ivan Ivanov que, de momento, cumple con las expectativas que hay puestas en él, mientras que los aficionados búlgaros suspiran por tener un tenista más allá de Grigor Dimitrov.