Es bien sabido que la actual temporada de los Medias Blancas de Chicago era el puntapíe inicial para desarrollar una restructuración en todos los niveles, para consolidad ese proyecto de competir a la par en el futuro cercano.
Al margen de que están eliminados matemáticamente de toda opción para entrar en la fase de los playoffs en la Liga Americana con récord de 55-89, dejan atrás la mala imagen de 2024 cuando establecieron 41-121 para lograr el peor balance global de su historia en MLB.
En medio de este panorama adverso un nombre que sobresale se considera como parte de ese núcleo joven que aspira a revivir glorias del pasado: el segunda base criollo Lenyn Sosa.
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Sin incluir lo que pudiera suceder anoche, en el primero de la serie de tres duelos en el Rate Field ante los Rays de Tampa Bay, el infielder nacido en la localidad bolivarense de Puerto Ordaz, puede estar tranquilo en lo individual ya que comanda cuatro departamentos con el madero y también se ha situado en un selecto grupo de camareros en el “viejo circuito” que vienen demostrando su oportunismo en cada turno.
“Definitivamente no me lo esperaba este año, pero ahora que he alcanzado esa cifra, me siento bien”, así lo señaló Sosa a los medios de comunicación tras el gran partido que dio el domingo versus Tigres de Detroit en Comerica Park donde se fue de 4-2, produjo tres rayitas y dio su 20° cuadrangular del año.
El camarero de los Leones del Caracas en la LVBP, aspira a ser tomado en cuenta por el mánager Omar López para formar parte del róster que Venezuela usará en el Clásico Mundial de Beisbol del próximo año y por lo observado hasta la fecha, sus posibilidades de integrar la nómina final de 30 peloteros crecen gracias a su rendimiento.
Sosa cuenta con el mejor average de los ChiSox (.263 en 460 VB), jonrones conectados (20), carreras impulsadas (65) y despachó 121 imparables para anotar 50 para la causa de su club.