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Igual suena un poco exagerado, pero a Casper Ruud le cambió la vida la primera vez que disputó la Laver Cup. Siendo más precisos, lo que le cambió fue su diseño del calendario, porque algo muy único tuvo que ver en el torneo para no volver a perderse esta cita nunca más. Lo dice los números: desde su debut en 2021, el noruego no ha fallado a la competición durante los cuatro versaos siguientes, confirmando que no puede gustarle más este proyecto. Antes de afrontar su quinta participación consecutiva, el de Oslo analizó algunos puntos interesantes sobre este asunto en declaraciones recogidas por la propia página web del torneo.
“Me causó un gran impacto la primera vez que jugué este torneo, así que estuve pensando para mí mismo: ‘Si tengo la oportunidad de jugar, me encantaría competir cada año en este evento”, subraya el de 26 años con la sonrisa del que cumplió su palabra. “Esta es la quinta vez que estoy aquí, creo que en el #TeamEurope solamente Zverev la ha jugado más veces, aunque tampoco me considero más bueno o más importante que los demás. Eso sí, seguro que la experiencia es valiosa. Creo que nuestra experiencia será útil de cara a algunos debutantes dentro del equipo europeo. Hemos tenidos grandes éxitos en el pasado, por ejemplo en 2024, donde Carlos (Alcaraz) dio un paso adelante para ayudarnos a ganar el título”, refresca el nórdico sobre el desancle de la última edición.
Es evidente que la Laver Cup supuso un acierto dentro del circuito masculino, una reunión de múltiples aciertos, aunque el hecho de encontrar fraternidad y crear vínculos entre los jugadores sigue siendo el punto fuerte de una competición ya consolidada. “Para mí, ese factor siempre fue muy agradable y significativo, desde el inicio. Vengo de un país donde no tenemos demasiados tenistas alrededor, toda mi vida estuve viajando por el mundo y jugando torneos por mi cuenta. Es genial tener a alguien cerca y aquí sucede todo el tiempo, encontrarte con personas a las que puedes considerar cercanas, incluso amigos. Personas a las que realmente podrías llamar y decirles: ‘¿Te apetece que vayamos a cenar y recordemos algunos momentos en la Laver Cup?’.
NUEVO CAPITÁN
Como novedad para esta octava edición, más allá de ver los debuts de Joao Fonseca o Jakub Mensik en su respectivos combinados, el gran punto de atracción está en los banquillos, donde Yannick Novak y Andre Agassi cogerán el testigo de los inigualables Björn Borg y John McEnroe. No me hace falta llegar al viernes para saber que los vamos a echar mucho de menos, pero el tiempo dirá hasta qué punto pueden añadir sus sucesores esos ingredientes nuevos que hagan más dulce la receta. En el caso del francés, campeón de Roland Garros en 1963, todo el mundo un gran espectáculo, una personalidad explosiva que encaja a la perfección con el show que siempre se monta en la Laver Cup.
“Es una persona muy animada, soy consciente que ha tenido una vida muy divertida, tanto dentro de la pista como fuera de ella”, señala Ruud sobre su nuevo capitán. “Le gusta mucho la música, así que estoy seguro que tendremos momentos muy divertidos en el vestuario, ¡incluso podría cantar para nosotros! El año pasado nos dijo que tenía grandes ideas para llevar a cabo una vez llegara la cita, así que veremos lo que ocurre. Es importante tener momentos así, a veces todo se vuelve un poco estresante en los banquillos, sobre todo si te juegas la competición en unos pocos puntos”, concluye el nórdico, quien buscará conquistar su tercer trofeo vestido de azul.