El Manchester City se impuso por 2-0 al Nápoles en su estreno en la Liga de Campeones, en un encuentro marcado por la expulsión de Giovanni Di Lorenzo en el minuto 21, que obligó a Antonio Conte a reestructurar al conjunto italiano y a retirar del campo a Kevin De Bruyne, protagonista en su regreso al Etihad.
El belga, considerado por muchos el mejor jugador en la historia del club inglés, abandonó el terreno de juego entre una atronadora ovación de la afición local.
El guion del choque quedó claro desde el inicio, con los de Pep Guardiola monopolizando la posesión y los italianos replegados en su campo que no cedían espacios.
Foden avisó con un tiro desviado y en el 56 asistió con un preciso pase de cuchara a Haaland, que esta vez no perdonó y abrió el marcador con un cabezazo imparable.
El noruego, que había rondado el gol en varias ocasiones, firmaba así su primer tanto en esta edición de la Liga de Campeones.
El golpe resultó demasiado para los italianos, que apenas tuvieron margen para reaccionar, y en el 66, Jérémy Doku aprovechó una acción individual para encarar al área y definir con un disparo raso que se coló entre las piernas del portero serbio, sentenciando el choque con el 2-0.
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Con la ventaja asegurada, los ingleses bajaron el ritmo y se dedicaron a administrar esfuerzos. Guardiola dio descanso a piezas clave como Haaland, Gvardiol y Reijnders, pensando ya en el exigente duelo del domingo ante el Arsenal en la Premier.
EFE