Los Medias Rojas de Boston están logrando lo que hace mes y medio parecía imposible: pelear por un boleto en la postemporada, algo que se debe en gran parte al aporte de tres venezolanos que se han hecho sentir en la tierra de los frijoles.
Wilyer Abreu, Carlos Narváez y Abraham Toro han puesto su granito de arena para que hoy, los patirrojos estén metidos de lleno en la puja por avanzar a playoff bien sea por la vía del comodín o por el titulo en el este de la Liga Americana.
En la jornada del martes los criollos dieron una muestra de su peso al ser responsables de 7 de las 14 carreras producidas por equipo en la paliza 14-1 sobre los Astros de Houston.
Narváez ligó de 4-2 con su décimo jonrón del año, empujó 3 carreras y anotó 2; Abreu también se fue de 4-2 con 3 fletadas, pero en su caso dio par de dobles. Toro por su parte, sólo tuvo un hit en 6 turnos al bate, pero con trajo una al plato en las piernas de Jarren Duran.
Con diferentes realidades
Este trío presenta realidades distintas, Wilyer Abreu está en su año de confirmación, luego de una espectacular temporada de novato donde ganó el Guante de Oro en el jardín derecho. En 2025 ha conseguido nuevas marcas en jonrones e impulsadas con 21 y 67 respectivamente. Es una de las grúas que tiene Boston liderando al equipo en cuadrangulares y segundo en impulsadas, proyectándose como una de las bases a futuro.
Narváez ha sido la sorpresa positiva, llegó en un cambio con los Yanquis y se perfilaba para luchar un puesto como suplente. Sin embargo, supo aprovechar las oportunidades y casi de inmediato se convirtió en el titular de Alex Cora.
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El careta acumulaba 10 jonrones, 24 dobles y 36 rayitas impulsadas en 304 turnos, con un OPS ajustado de 103, números destacados para un receptor que está en su primera campaña completa en la gran carpa.
El aporte del maracayero va más allá del bate, varios miembros del staff de pitcheo de Boston e incluso el excapitán Jason Varitek han alabado al venezolano por su liderazgo y la atención al detalle detrás del plato.
Toro también resultó un salvavidas para el mánager Cora, luego de la lesión de Triston Casas y del caso Devers. El criollo ha sido una solución en la primera base, brindando estabilidad en la defensa y elevando la química del equipo.