Cada mañana, cuando despertamos, pareciera que comienza la vida, la nueva existencia que nos espera con sus afanes cotidianos. Y en verdad no es así, sino la continuación de los ya empezado. Los días de la selección Vinotinto se parecen a la vida de cada uno. El equipo nacional se despereza del ingrato sueño del partido ante Colombia para iniciar un nuevo ciclo, aquel montón de renovadas ilusiones contenidas en sus camisetas. Pero, y aunque suene a desencanto, no es así, porque, y esto ya lo hemos dicho, no es el arranque de nada sino la continuación de los experimentos que probó el técnico Fernando Batista sin un resultado alentador. Jugadores jóvenes, de nuevo cuño saltarán a la canchas hoy ante Argentina con el deseo de exhibirse, de que los vean, pero nada más. Lo verdadero, lo que marcará “el despertar de un sueño” y el adiós de ese señuelo encantador, será a partir de 2027…
Porque el 2027 será “el kilómetro cero”. Desde ese punto de partida se iniciará, y entonces sí, el proyecto de una selección que volverá a la lucha nunca ganada de la inscripción mundialista, y que al final de la extenuante carrera podría recalar en la tan esperada meta. Los partidos ante Argentina y Belice pueden ser útiles como experimentos, para saber qué se traen “entre manos” los muchachos de la convocatoria. Ya no habrá más juegos hasta marzo, por lo que todo este tiempo serán meses para conocer “dónde es que van los clavos, los tornillos y las bisagras”, y saber con qué se habrá de contar, desde ahí el adelante, en el largo y sinuoso recorrido por la autopista que ha de terminar felizmente en el 2030…
Y entonces, llegamos al punto más caliente de todo el asunto futbolero venezolano. Aquello que luego de la última gestión ha dejado un agrio sabor en la gente, desencantada por la caída inesperada de algo que consideraban a tiro de piedra. ¿Quién será el hombre?, ¿quién asumirá la gran empresa de llevar a la Vinotinto a lugar seguro? Hace algunos años todos los entrenadores venezolanos esquivaban el tema porque las condiciones eran absolutamente otras; hoy es diferente, porque aunque siguen llegando las derrotas la atmósfera ha cambiado, especialmente por el dinero envuelto.
Por Miami andan Oswaldo Vizcarrondo en primera fila, y cerca de él, Mario Rondón y Fernando “colorao” Aristeguieta: ¿será uno de los tres el tipo? La opinión generalizada en la calle, y entre la gente del fútbol es que tendrá que ser un venezolano conocedor de la idiosincrasia, de los hábitos del jugador criollo y no un extranjero ajeno a todas “estas pequeñas cosas”, como dijera alguna vez el cantor. Vizcarrondo, Rondón, Aristeguieta: ¿No te suenan? Nos vemos por ahí.