El Liverpool ha vuelto a demostrar que es uno de los fuertes de la Premier League, escalando nuevamente a la cima de la tabla de la liga con un triunfo agónico.
El vigente campeón selló una victoria por la mínima, 1-0, frente al Burnley el domingo, manteniendo su impecable arranque de temporada gracias a la sangre fría de Mohamed Salah, quien convirtió un penal en el tiempo añadido.
Tras los dramáticos triunfos ante Bournemouth y Newcastle en lo que va de campaña, el Liverpool protagonizó otra gesta al límite en Turf Moor.
El conjunto dirigido por Arne Slot parecía resignado a ceder sus primeros puntos de la temporada, pero el destino les sonrió cuando Hannibal Mejbri cometió una mano dentro del área, y el colegiado Michael Oliver no dudó en señalar la pena máxima.
Salah, con su habitual aplomo, ejecutó un potente disparo inalcanzable para el guardameta del Burnley, Martin Dubravka, desatando la euforia en la celebración.
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El tanto de Salah, que llegó en el descuento, no solo aseguró los tres puntos, sino que también le permitió adueñarse en solitario del cuarto puesto en la lista de máximos artilleros históricos de la Premier League. El faraón egipcio suma ahora 188 goles, solo superado por leyendas como Alan Shearer (260), Harry Kane (213) y Wayne Rooney (208).