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Lo que pudo haber sido una actuación de diez, quedó empañada por esas molestias en su muslo derecho. Pero Carlos Alcaraz ya está en los octavos de final del US Open después de mostrar una versión demoledora en los dos primeros sets y, tras el susto físico, enchufar el modo automático para evitar lesiones. También ayudó el nivel de Luciano Darderi que nada pudo hacer ante el vendaval inicial y después no supo aprovechar el percance del español, que se mete en los octavos de final (6-2, 6-4, 6-0), donde espera a Benjamin Bonzi o Arthur Rinderknech.
En una hora poco habitual hacía acto de presencia en la Arthur Ashe, Carlos Alcaraz. El español pasó de terminar el último en su debut a comenzar el primero en la tercera ronda. Con una camiseta más clara y con unas gradas más tranquilas, el español salió muy metido en pista, tanto que en doce minutos ya está 3-0 arriba con un tenis muy fino y replicando los potentes palos de Darderi.
A partir de ese momento despertó en cierta medida el italiano y conseguía frenar la sangría manteniendo su servicio, pero era incapaz de hacer daño a la pelota viva y candente del español, que solo cedió dos puntos con su saque en la primera manga. Todo iba a la perfección, el servicio acompañaba, su derecha corría y se mostraba virtuoso en la red. Con todos estos ingredientes se hacía con el primer set en 27 minutos (6-2).
Nada cambiaba en el inicio del segundo parcial. Alcaraz era un puñal con su servicio y a pesar de las buenas intenciones de Darderi, el español seguía teniendo el control del partido, quebraba el servicio del italiano y luego sabía resistir el primer intento de break. Pero lo que pareció un simple susto, dos juegos después, se convirtió en realidad. Y del posible 5-2 se pasaba al 4-4.
El motivo de este bajón llegó por unas molestias en la rodilla derecha de Alcaraz y saltaban todas las alarmas. Pedía la entrada del fisio, que le masajeaba el bíceps femoral, y dinámica positiva que estaba llevando el partido se podría convertir en una incógnita. Sin embargo, el primero que quería disipar esas dudas era el español, que miraba a su banquillo y asentía con la cabeza como una señal de confianza. El físico le mandaba un susto, pero el tenis seguía intacto. Así que aprovechaba una doble falta de Darderi para llevarse el segundo set (6-4).
Si las piernas no terminaban de acompañar, el murciano decidió tirar de muñeca. No hacía falta forzar la máquina en duelo que estaba siendo muy favorable hasta la aparición de las molestias. Así que empezó a imprimir más velocidad a sus golpes y a acortar los puntos, consciente de que cuanto antes acabara con el compromiso, antes podría descansar y tratarse esa dolencia muscular. También acompaño el mal servicio que estaba teniendo el italiano, que pensando que el nivel del español bajaría, se sorprendió del cambio de ritmo de Alcaraz y cedía su servicio.
“Muevete con cabeza”, le advertía Juan Carlos Ferrero, más preocupado por la carrocería, de su pupilo que del desenlace que se advertía favorable para Alcaraz. Con 3-0 en el marcador, el de El Palmar comenzó a medir sus esfuerzos. Tenía a tocar los octavos de final y un esfuerzo excesivo podía condicionar su futuro en Nueva York. Pero Darderi tiró la toalla y ayudó a que el partido terminase cuanto antes (6-2, 6-4, 6-0).
La sensación al término del encuentro fue algo agridulce por aquel percance físico, pero si todo queda en un susto, el tenis de Carlos Alcaraz está para luchar hasta el final por el US Open y el número uno del mundo.