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Jannik Sinner solo quiere hablar en la pista de tenis. El número dos del mundo se vio en el ojo del huracán desde este lunes, cuando se conoció su decisión de renunciar a participar en las finales de la Copa Davis. Desde ese día, ruido y más ruido, pero él contesta como mejor lo sabe hacer: jugando al tenis. Se vio en su primer partido en el ATP de Viena donde no dio ningún tipo de opción a Daniel Altmaier, al que apalizó por 6-0, 6-2, en otro de esos partidos en los que el de San Candido voló en pista.
En su primera aparición tras su ‘traición’ a Italia, Jannik Sinner salía a la pista central del ATP de Viena con el objetivo de evadirse de todo lo ocurrido en estas últimas 48 horas. Polémicas aparte, el número dos del mundo llegaba a Austria después de su segundo título en el Six Kings Slam y mostrando un gran nivel tras dejar por el camino a Novak Djokovic y Carlos Alcaraz.
Jannik Sinner fue un vendaval desde el principio hasta el final en su debut en el ATP Viena
Por lo que Sinner quería disfrutar en la pista y olvidarse así de lo vivido estos días. Y este ímpetu y esta rabia la sufrió directamente Altmaier, que veía como en un abrir y cerrar de ojos el italiano colocaba el 4-0 con dos break a favor en menos de quince minutos.
Fue un inicio fugaz y toda una declaración de intenciones: ‘Yo hablo en la pista’, dio a entender el de San Candido, quizás dolido por todas las críticas recibidas por aquellos que hasta el momento le adoraban y ahora cargan, ¿injustamente?, contra él. Tal vez sea también por su apuesta decidida a luchar hasta el final por el número uno del mundo, por muy difícil que sea destronar a Carlos Alcaraz en lo que queda de temporada.
Un set de exhibición de 23 minutos de duración
El caso es que, fuera lo que fuera, el castigo lo estaba recibiendo un pobre Altmaier, que poco podía hacer por mucho que la grada vienesa le animara ante este vendaval tenístico. Sinner no estaba para tonterías, ni tampoco para gastar más energía de la necesaria y en 23 minutos se hacía con el primer set con un contundente 6-0. Aunque para contundente el hecho de que el italiano solo perdiera seis puntos en este set.
Cabe destacar que las condiciones que se dan en las pistas duras indoor son las que mejor se adaptan al tenis de Jannik Sinner, que asfixiaba en cada golpe a un Altmaier completamente vendido. Así que el alemán tenía que hacer algo diferente si no quería llevarse una paliza para el recuerdo y subía con más frecuencia a la red para intentar sorprender al italiano
De esta forma se hacía con el primer juego del segundo set, el primero para él en todo el partido y gritaba de liberación, consciente de la frustración que conlleva enfrentarse a uno de los dos mejores tenistas del mundo cuando se encuentran en estado de gracia. Los que padecían en su día con las exhibiciones de Federer, Nadal y Djokovic, ahora sufren por los castigos de Alcaraz y Sinner. Nuevos tiempos, pero mismas formas.
La pregunta que se hacían las gradas no era cuando rompería el servicio Sinner, si no cuantos minutos tardaría el segundo set, porque el italiano quebraba en el tercer juego y volvía a ponerse con una ventaja que todos sabían que era decisiva.
El final del duelo fue una crónica de una muerte anunciada: Un Jannik Sinner sin piedad y un Daniel Altmaier que aceptó su destino con deportividad (6-0, 6-2, en 58 minutos). Cuando el italiano, furioso por las críticas a una decisión que ha revuelto a su país, juega a este nivel, solo un jugador puede hacerle frente. Y un compatriota suyo que sí que estará en la final de la Copa Davis, Flavio Cobolli, será el siguiente en pasar por el purgatorio.