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Denostado, vilipendiado, ofendido y maltratado por la opinión pública. Stefanos Tsitsipas tiene un carácter muy especial y eso provoca reacciones extremas, que caminan hacia el sentido más negativo cuando los resultados no llegan. Imbuido en una crisis que parecía sempiterna, el griego se ha reencontrado de golpe con sus mejores sensaciones en el ATP 500 Dubái 2025. Desvelamos en qué se fundamenta esta mejoría.
Un talento fuera de duas, una personalidad fuerte y que genera controversia, y un tenista que encandila cuando está inspirado y desespera en momentos de oscuridad. Así es Stefanos Tsitsipas, un hombre que no está cumpliendo con las elevadas expectativas generadas, pero que aún está a tiempo de reencontrarse con ese nivel de tenis que le llevó a ser finalista de Grand Slam, múltiple campeón de Masters 1000 y número 3 del mundo. Las piezas del puzzle han vuelto a encajar en el ATP 500 Dubái 2025, donde está mostrando un tenis exquisito y una mentalidad libre de dudas, como hacía mucho tiempo que no se veía en él.
9.8 out of 10 🤯
Enjoy all NINE @steftsitsipas backhand winners vs Griekspoor 🔥#DDFTennis pic.twitter.com/U8PCuDDLvG
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«Estoy teniendo muy buenas sensaciones, me gusta mucho jugar en este torneo, las condiciones potencian mi tenis y creo que estoy mostrando una gran solidez desde el fondo de pista. Mi nivel de concentración durante toda la semana está siendo muy alto y cada partido es una fuente de aprendizaje y conocimiento de mí mismo y mi juego. Quiero dar continuidad a esta racha», declaró tras meterse en la final del ATP 500 Dubái 2025, después de firmar un partido imponente ante Griekspoor.
– Tsitsipas tiene una nueva raqueta y está utilizando un nuevo patrón de encordado, clave para mejorar su revés
Siempre se ha criticado a Stefanos por su estancamiento en algunos aspectos del juego, especialmente, el revés. No hay duda de que ese era el punto débil del griego al irrumpir en la élite y lo sigue siendo años después, habiendo sido incapaz de afinar sus tiros cortados y cometiendo demasiados errores al golpear a la pelota plano o liftado, dejando entrar la bola demasiado y costándole variar direcciones con solvencia. Todo ha cambiado esta semana y la confianza acumulada le ha permitido completar un partido de revés asombroso ante Griekspoor, con un indicar de calidad del 9,8, cuando la media del circuito es de 7,1.
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Todo esto parece estar siendo posible, entre otras cosas, por la humildad y valentía del jugador heleno a la hora de tomar una decisión tan drástica y arriesgada como es la de cambiar de raqueta. Nunca es sencillo salir de la zona de confort, pero cambiar la herramienta de trabajo constituye un paso superior. El griego está intentando hallar la manera de ganar potencia en sus tiros, con una raqueta más pesada que le permita tener más tacto desde el resto, una de sus grandes lagunas en los últimos tiempos.
– El griego disputará su 12ª final en torneos ATP 500 y no ha ganado ninguna
En su primera semana con esta nueva raqueta, de la que se desconoce aún la marca y resto de detalles, su nivel de juego ha crecido exponencialmente. Sacrifica algo del gran control que le daba su anterior raqueta y ha optado también por un cambio en el patrón de su encordado, pasándose a un 16×20 que no solo ofrece potencia, sino también más manejabilidad de su revés a una mano.
Can @steftsitsipas capture his first? 🤩 pic.twitter.com/elF87vyTqK
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La prioridad ahora será culminar la faena con un título. No solo porque el griego no haya salido campeón de ningún evento desde el torneo de Montecarlo el pasado año, sino porque será su duodécima final en un torneo ATP 500, habiendo perdido las once anteriores. Constituye esto un récord negativo que ha tornado ya en maldición y que Stefanos Tsitsipas intentará frenar en seco. En Dubái perdió las finales de 2019 y 2020, y querrá demostrar que a la tercera va la vencida. Félix Auger-Aliassime será un rival difícil que exigirá al griego mantener su mejor nivel.