
🎾 Demoliner/Luz vs Matos/Melo
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Nadie en el mundo podría estar más feliz que Valentin Vacherot después de ganar el ATP de Shanghái, su primer título ATP, y encima ante su primo Arthur Rinderknech (4-6, 6-3, 6-3). Por si fuera poco, el monegasco asciende desde la posición 204 del ranking ATP hasta el número cuarenta del mundo.
Sin embargo, hay una persona que posiblemente sea la segunda persona más feliz en este mundo, y ese es Benjamin Balleret. El hermano y entrenador de Valentin Vacherot sabe mejor que nadie lo difícil que es lidiar con las derrotas, las expectativas y esperanzada. Ni el ni nadie confiaba en que su pupilo se hiciese con el ATP de Shanghái y tampoco eliminar a jugadores de la talla de Alexander Bublik, Tallon Griekspoor, Holger Rune o Novak Djokovic.
Por ello, Balleret habló en la rueda de prensa posterior sobre como ha vivido tanto él como Vacherot estas dos semanas de auténtica locura en Shanghái. Así como el comienzo de su relación entrenador-jugador y la importancia de tener un equipo detrás de ti en el que puedas apoyarte.
Esto es lo que dijo el entrenador de Valentin Vacherot tras ganar el ATP de Shanghái 2025
«La sensación es increíble. Simplemente, ser un campeón de un ATP, cuando tantos buenos jugadores con 50 años de carrera no tienen un título ATP. Así que tener uno ahora mismo para Vacherot es increíble. Pero más que eso, lo que ha hecho esta semana, bueno, sabíamos que podía jugar un buen tenis, pero claro, lo que ha pasado ahora es simplemente inesperado. No podíamos creer que pudiera ganar este torneo. Pero partido tras partido, la situación ha ido mejorando».
«Si recuerdo unos días atrás, le ganó a Machac, y luego estaba esperando a Jannik Sinner. Y uno piensa: ‘Bueno, es una gran historia. Jugará contra Sinner. Quizás lo destruyan, pero es un gran torneo’. Entonces, bueno, no juega contra Sinner. Es un partido más, y luego otro más. Y luego juega contra Novak Djokovic. Y entonces dices: ‘Bueno, increíble. Puede jugar contra Djokovic una vez en su vida’. Y termina venciendo a un Djokovic que no está al cien por cien, pero aun así lo vence. Y por último, la final contra Arthur Rinderknech y toda la historia que hay detrás. Es como dicen todos, como una película, como un cuento de hadas. Así es como nos sentimos ahora mismo, como en un cuento de hadas.
Una final en la que Vacherot fue de menos a más
«Creo que al comienzo del partido Arthur estaba jugando mejor, tenía mejor energía. El segundo set fue un poco extraño. Muchos saques. Pocos peloteos. A partir del 4-3 del segundo set, ahí fue donde surgió la magia de Vachelot. El final del segundo y el tercer set fueron simplemente increíbles. Ya lo vi con ese físico bestial, ¿sabes? Pero hacerlo en la pista central de Shanghái en la final contra su primo, ya sabes, es otra cosa. Sabemos que puede ser así. Ya lo vimos jugar así».
«Pero hacerlo no por dos juegos, ni tres juegos, sino por casi una hora para terminar el partido así. Al final tuvo, no sé, unos ocho puntos de break en el tercero. Podría haberlo hecho, podría haber sido 6-1 para Vacherot. Pero Arthur siguió ahí con 4-3. Nunca se sabe qué podría haber pasado con dos buenos restos de Arthur, o quizás con un servicio un poco menos bueno».
El momento en el que Vacherot decidió ser tenista
«Cuando cumplió 18 años, tuvo que tomar un par de decisiones. Quería ser tenista profesional, pero no tenía la madurez mental ni física suficiente. Estaba muy delgado. No estaba desarrollado físicamente. La familia lo conversamos y le aconsejamos que fuera a Estados Unidos a la universidad. Para aprender tenis, practicarlo, ya sabes, para tener un gran entrenador como Steve Denton. Así que nos escuchó, aunque lo ayudara, le tomaría años desarrollarse para llegar al top 100 o al top 50. Esa era mi sensación».
«Siempre lo tuve en mente, cuando regresara de la universidad, si aún quería ser profesional, quería ayudarlo porque es mi hermano. Y creo que eso no importa. Es decir, tengas la mejor calidad o no, si de verdad trabajas y lo deseas con todas tus fuerzas, tienes que llegar hasta el final. No importa si llegas al puesto 200 o al top 50, si quieres llegar, te esfuerzas al máximo para alcanzar tu máximo potencial. Nunca se sabe qué puede pasar. Si llegas a los 200, puedes llegar a los 150. Si llegas a los 150, puedes llegar a los 100. Simplemente, ponte siempre una meta».
En 2021 se pusieron manos a la obra
«Así que sí, al final regresó en el verano de 2021. Partimos de ahí, de cero. Por eso también se ve tanta emoción hoy. Ha sido un largo camino y a veces perdimos un poco la fe. Malas derrotas. Es difícil emocionalmente porque es familia, no solo trabajas con un jugador, lo cual ya es difícil porque, bueno, lo deseas muchísimo. Pero cuando se trata de tu hermano, es aún más difícil. Así que hubo altibajos. Estar aquí frente a ustedes hoy, siendo Vacherot campeón del Masters 1000, es simplemente increíble».
El futuro a corto plazo de Vacherot
«Lo próximo serán los torneos donde Vacherot siempre quiso estar. Los grandes. O sea, los de verdad, ¿sabes? Eso es lo que dijimos cuando lo felicitamos justo después del partido. Pero ya le hemos dicho que queremos seguir. Le dije enseguida: ‘Increíble. Vamos a seguir. Vamos a volver. Vamos a volver a ir a tope’. Y ya veremos qué pasa. Pero así es como lo veo, ya sabes, simplemente juega tu carrera al cien por cien, sin mirar atrás. Simplemente, trabaja y ya veremos al final».
La importancia de tener a la gente idónea a tu alrededor
«Nuestro papel como entrenador y como equipo es apoyarlo, animarlo y decirle que cree que puede llegar a estar entre los 50 mejores. Porque creo que muchos jugadores dejan de creer. Cuando juegas al tenis, pierdes todas las semanas. Así que siempre tienes que creer. Creo que eso es importantísimo».
«Pero el equipo, la gente y la familia que te rodea siempre te dicen cosas como: ‘Lo vas a lograr. Si ganas un partido, no es suficiente, necesitas otro’. Está bien, pero vamos a intentarlo de nuevo. Vamos a intentarlo de nuevo. Así es como funcionamos como equipo, para impulsarlo. Y, por supuesto, en una semana, ya sabes, este salto es… no sé. Como dije, no es algo en lo que estuviéramos pensando. Es más bien como si Vacherot siempre hubiera dado pasos muy pequeños, nunca grandes, paso a paso. Y ahora mismo ha sucedido esto, así que no sé qué más puedo decir», sentencia un Benjamin Balleret orgulloso de la hazaña de su jugador Valentin Vacherot, pero sobre todo del esfuerzo y de la fe inquebrantable de su hermano.