
🎾 Alexander Zverev vs Carlos Alcaraz
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A sus 28 años, Alexander Zverev se encuentra en un momento de su carrera… peliagudo. En una absoluta encrucijada. Con cada vez menos tiempo para experimentar con diversas áreas de su tenis, la sensación de que el tiempo se escapa entre sus manos, promesas de un anhelado Grand Slam que no llega y el inexorable pasar de generaciones que, de la mano de dos titanes, terminan pasándole por la derecha. Esta noche, en el ATP Cincinnati 2025, se enfrentará a uno de ellos, un Carlos Alcaraz a quien tiene el cara a cara ganado y contra el que se juega, quizás, mucho más que una victoria.
Porque un triunfo hoy sería balsámico en muchos sentidos: supondría la primera victoria ante un top-5 del año para Alexander Zverev, una reafirmación de que su tenis aún tiene punch para ganar a los mejores, una alegría tras meses donde las emociones se tiñeron de colores oscuros. Dentro de la encrucijada que mencionábamos, el germano ha visto cómo su 2025 bifurcaba en diferentes direcciones: la ansiedad, estrés y sensación de estar «vacío» jugando al tenis; viajes a lugares como Manacor para nutrirse de voces externas que alimenten su competitividad y hambre; cambios en el carácter, incluso, pensando en (sus) generaciones venideras. Y de telón de fondo, claro, el tenis.
Las conversaciones en torno a Sascha en los últimos meses se han teñido de pesimismo, pero un jugador de su magnitud, probablemente el de mejor palmarés sin un Grand Slam en la historia de este deporte, debe reaccionar en algún momento. Su partido de cuartos de final ante Ben Shelton, a pesar de los problemas físicos finales (que ni él mismo supo descifrar, veremos si relacionados con su diabetes, hipoxia o algún asunto de mayor gravedad), fue un paso en la dirección correcta: pegando con convicción desde el fondo de la pista, maximizando su saque ante la rapidez de la superficie, encontrando su revés paralelo para cortar el ritmo y dejar KO a su oponente. Supuso, además, su primer triunfo ante un top-10 desde que tumbase a Djokovic en Australia, rompiendo siete meses de sequía… y dejándole en una rampa de salida perfecta para la victoria que tanto necesita.
«ME SENTÍ A MI MEJOR NIVEL EN MESES»
No acabó muy contento con sus sensaciones a nivel físico tras la victoria ante Shelton, dejando una pequeña incógnita antes de su clásico frente a Alcaraz, pero merece la pena rescatar las declaraciones del germano sobre su inicio de partido. «Me sentí a mi mejor nivel en todos estos meses, sintiendo la bola increíblemente bien desde ambos lados de la pista». Es, sin dudas, un paso adelante con respecto a torneos pasados… y se vio de manera muy clara en pista: buenos reveses paralelos, un saque que hace daño, más paciencia y mejor construcción del punto que Shelton.
Eso sí: no es suficiente. Tras sumar cuatro derrotas seguidas ante un top-10, Shelton es solo una pequeña tirita en la herida. Tras escuchar la valoración de su tenis que han hecho Toni y Rafa Nadal, pocos mayores acicates en partidos importantes puede sumar un jugador con la capacidad de ser ofensivo, con un saque monstruoso y una movilidad deluxe para un tipo de casi dos metros.
Enfrentar a Carlos Alcaraz en Cincinnati, una superficie que le viene como anillo al dedo, es el escenario perfecto para que Sascha recupere su confianza, dé un golpe encima de la mesa y demuestre al mundo que todavía no hay que descartarlo en la pelea por los grandes torneos. No es un Grand Slam, lo sé, pero sí la lanzadera perfecta para llegar a esos torneos con la barra de confianza y tenis al máximo. Una oportunidad inmejorable para un tipo condenado al ostracismo en los últimos grandes torneos… y que quiere acabar con esa idea cuanto antes. El tiempo, concretamente unas horas, nos dará las respuestas que buscamos y nos mostrará cómo de preparado está Zverev para volver a la primera línea.