
🎾 Enzo Kohlmann De Freitas vs Pedro Sasso
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Existían ciertas dudas en torno a la convocatoria de David Ferrer de cara a las Finales de la Copa Davis 2025. La eliminatoria en Marbella, con nombres menos habituales como Pedro Martínez o Pablo Carreño erigiéndose como héroes de la clasificación, generó más inquietudes que certezas: ¿debían estar aquellos que se habían sacrificado en la eliminatoria anterior, incluso, por delante de jugadores con mejor ranking? Es más: ¿era posible guardar «rencor» a aquellos que no aparecieron por Marbella? ¿Es el Pedro Martínez/Munar la pareja de dobles por la que apostar, incluso por delante de un número uno como Marcel Granollers?
Las incógnitas se disiparon esta misma mañana. David Ferrer, con la seriedad y tranquilidad que le caracteriza, anunció nuestros soldados para Bolonia… y sí, con la presencia del nombre que todos esperábamos. Más allá de su renuncia a jugar en Marbella, las posibilidades de conquistar la Copa Davis 2025 pasaban por la presencia de Carlos Alcaraz, número uno del mundo y kryptonita particular de Jannik Sinner: sus palabras hace no mucho en Marca, donde apuntaba a que tenía la Ensaladera entre ceja y ceja, nos hacían ser optimistas… y finalmente se cumplieron los mejores presagios: Carlos será de la partida y liderará a la Selección en tierras italianas.
A partir de aquí, la papeleta para Ferru era tremenda. ¿Debía confiar en un Alejandro Davidovich algo irregular en los últimos dos meses? Más allá de ser top-20 y, por ranking, el segundo espada español, no parece que Foki haya mostrado particular interés en las dos últimas temporadas por disputar esta competición: su única presencia con La Roja data de la fase de grupos de 2023, donde cedió frente a Lehecka y Djokovic y derrotó a Soonwoo Kwon. Con un Jaume Munar absolutamente desatado en pista dura este año, firmando, incluso, mejores guarismos en esta superficie que en su otrora amada tierra batida, la diferencia no parecía abismal… y recompensaba así a uno de los jugadores presentes en la remontada de Marbella.
La versatilidad del dobles para España, con Munar, Martínez y Granollers, otro punto a tener en cuenta
El punto del dobles toma, bajo el formato de las Finales, una importancia capital: decide la eliminatoria en caso de empate en individuales. Ante una República Checa que presentará una escuadra con singlistas muy potentes (Lehecka, Mensik, Machac), el principal punto débil de nuestro rival en cuartos es la ausencia de algún especialista en dobles… y quizás en ello haya pensado Ferrer a la hora de armar su escuadra, con nombres muy versátiles y la posibilidad de formar varias parejas de garantías.
La vuelta de Marcel Granollers, número uno de la modalidad, abre la veda a un «superdobles», incluso, con Carlos Alcaraz (eso sí, de resultado trágico en su último binomio, aquella maldita eliminatoria frente a Países Bajos). Sin embargo, la pareja consolidada dentro del equipo español es la formada por Pedro Martínez y Jaume Munar, que acumulan dos victorias seguidas en la Davis en este 2025 y juntan lo mejor de los dos mundos: se manejan bien cerca de la media pista y aguantan el tipo desde el fondo, dos perfiles complementarios que, incluso, podrían hacerse más gigantes si Marcel comparte pista con uno de ellos.
Más allá de un Davidovich que hace tiempo que no se enfunda la casaca de la Selección, una ausencia que sorprende es la de Pablo Carreño. El gijonés viene creciendo desde su regreso a la competición, dio el punto decisivo sin un solo titubeo ante Dinamarca y acumula una experiencia y unas tablas en esta competición, tan diferente a las demás, que quizás aún no tenga Jaume. Fue, seguramente, una de las discusiones internas más repetidas de Ferrer: apostar por el estado de forma y el crecimiento en 2025, o por los galones y la experiencia representando a tu país. Acabó pesando mucho más, parece, lo primero… si bien el capitán tiene, hasta la fecha de disputa del torneo, la opción de nominar a un quinto jugador que bien podría ser el asturiano.
Con el objetivo de remar en la misma dirección, España presenta una escuadra versátil y de garantías donde, eso sí, Carlos Alcaraz es (y, hasta que Davidovich muestre un compromiso mayor o adquiera un grado más de consistencia durante los once meses de temporada, lo seguirá siendo) la piedra angular y el termostato de nuestras posibilidades de levantar la Ensaladera. Un Carlitos imparable daría confianza y extraería de presión a la segunda espada (previsiblemente Munar, posible héroe Pedrito) y simplemente nos obligaría a mostrar nuestras mejores galas en el dobles, un punto en el que España debe elevar sus prestaciones con respecto al pasado (con un Marcel mucho más líder y la dura decisión de si incluir o no a Carlos en la escuadra). A un mes de las Finales, la expectación no puede ser mayor.