Noti-Deporte: Por esto es un problema la situación de Holger Rune

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Desde que Holger Rune eclosionase en el Masters 1000 de París-Bercy 2022, en el que derrotó a Novak Djokovic para conquistar su primer -y único- Masters 1000, solo ha alcanzado los cuartos de final de Grand Slam en dos ocasiones. Aquel triunfo no vino por generación espontánea: vino precedido de un crecimiento orgánico que le vio ganar hasta dos torneos previos de pista dura bajo techo… pero que no se ha correspondido con los últimos tres años de su carrera, años donde la evolución como tenista que se le presuponía no ha aparecido. Tras su última derrota en segunda ronda del US Open 2025, es el momento de hacerse una dura pregunta: ¿debemos perder la fe en Holger?

Su irrupción fue tan salvaje como ilusionante. En un contexto de transición generacional, Holger Rune había crecido a la sombra de Carlos Alcaraz: parecía tenerlo todo para erigirse como su gran rival, el villano necesario en una rivalidad de fuego y hielo. Finalmente, ese puesto lo ocupó un chico pelirrojo que pasó de no poder hacerle frente (recuerden las semifinales de Montecarlo 2023, un duelo agónico donde Rune se mostró mucho más certero en los momentos de tensión) a convertirse en el dominador del tenis mundial… mientras Rune veía cómo su camino se llenaba de baches, curvas y repechos de cierta dificultad.

Desde mi humilde punto de vista, hay dos máximas que rodean a la situación del danés. Una: el hype que generó aquella semana en París estaba más que justificado. El danés había cuajado un 2022 de evolución silenciosa pero efectiva, conquistando su primer título ATP y acumulando victorias ante los top-10 mucho antes del colofón final. Surgía un tenista de múltiples recursos, con una técnica muy pulida (a diferencia de los errores biomecánicos en golpes como las derechas de Zverev o Medvedev, el revés de Auger-Aliassime, etc), capaz de conectar todos los golpes posibles y, sobre todo, mostrando una tremenda ambición y seguridad en sí mismo para disputar los momentos importantes. Sí, Holger ilusionaba… ¿y ahora?

Noti-Deporte: Por esto es un problema la situación de Holger Rune

EL VERANO EN EL QUE TODO A EMPEZÓ A IR MAL

Desde entonces, inestabilidad y turbulencias son los dos términos que mejor definen la carrera de Rune. Tanto dentro como fuera de la pista, Holger ha comenzado a dar tumbos, sin ordenarse mental ni tenísticamente: sus variantes se han convertido en un arma de doble filo, ahondando en una presente indefinición como jugador; fuera de la cancha, los bailes de entrenadores y la falta de una preparación física sobresaliente le han condenado en ciertos tramos del año, creando la imagen de un tenista frágil, inestable y capaz de lo mejor y de lo peor.

Y mientras tanto, claro, Alcaraz y Sinner han justificado su llegada a la élite, cimentándose como el binomio dominador de toda una generación y mandando un mensaje al resto: sacarles Grand Slams no va a ser tarea sencilla. Los mensajes de Rune, incluso, se han visto modificados ante el actual ecosistema tenístico: ha pasado de afirmar que puede ganar a cualquiera y que esperásemos a ver quién acaba con más Grand Slams… a mostrarse derrotado e incluso conforme con fracasos como el vivido en este US Open.

¿Tiene solución el momento de forma de Holger? La contratación de Marco Panichi como preparador físico parece indicar que, al menos, hay voluntad de trabajar y evolucionar en una parcela que le limita enormemente cuando el partido se vuelve complicado. No solo eso: Holger tendrá que trabajar en estructurar sus ideas dentro de la pista (con un plan de juego claro en función de cada superficie, limitando el uso de sus recursos a ciertas situaciones de partido) y fuera de ella (quizás, a día de hoy, el protagonismo de muchas personas de su entorno provoquen un contexto situacional muy tóxico). 

Si me preguntan a mí, todavía no hay que perder la fe en Holger Rune. Parece claro que la vitola de jugador generacional es ya demasiado grande para él, que no dominará el circuito como sí harán Alcaraz y Sinner, pero existe una materia prima y un talento en él que hacen que me resista a descartarle de la pelea por grandes títulos todavía. Recuerden, con 22 años, lo que se hablaba de Stan Wawrinka… y cómo ha acabado siendo su carrera. Hay tiempo, herramientas… ¿existe voluntad por poner orden al caos? Solo el tiempo dará las respuestas que necesitamos.



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