11 focos de atención en el Mundial femenino de Francia 2019

Estados Unidos, el rival a batir

Tres títulos, dos finales seguidas, nunca ha caído antes de semifinales. Estados Unidos afronta el Mundial femenino de Francia con la condición de equipo inabordable. Los éxitos del pasado no garantizan éxitos futuros, pero sí infunden un respeto y un temor al resto de rivales antes del torneo que arranca este viernes en el viejo continente. Su dominio también se ha trasladado a los Juegos Olímpicos, donde siempre había alcanzado la final (cuatro medallas de oro, una de plata) salvo en la última edición, cuando Suecia la apeó en la tanda de penaltis en cuartos tras una primera fase prácticamente impoluta. El poderío ofensivo de Carli Lloyd y Alex Morgan o el liderazgo de Megan Rapinoe son algunas de las herramientas del cuatro estadounidense, repleto de experiencia y nervio competitivo en muchísimos torneos, con un amplio abanico de futbolistas que han superado las 100 internacionalidades. El duelo de la tercera jornada de los grupos ante Suecia, precisamente el último rival capaz de derrotar a las estadounidenses en los JJOO de Río 2016, será uno de los partidos estrella de la primera fase del Mundial.

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Estados Unidos ganó el Mundial femenino de 2015 en Canadá. Foto: Focus Images Ltd.

El listón de Japón

En 2011, la selección japonesa sorprendió a propios y extraños cuando se proclamó campeona del Mundial en Alemania. Un país que jamás había figurado entre los cuatro mejores en el certamen, que solo en una ocasión había superado la fase de grupos (para caer goleada ante Estados Unidos en cuartos de final, en 1995), fue capaz de eliminar a Alemania en Wolfsburgo después de dos títulos seguidos de las teutonas, apear a Suecia en semifinales y batir a Estados Unidos en una final que se decantó en la tanda de penaltis. Japón hizo historia en 2011 y repitió en la final en 2015, cuando Estados Unidos se tomó la revancha. En los Juegos Olímpicos de 2008 acarició las medallas y en 2012 volvió a enfrentarse a Estados Unidos, su verdugo en 2008, en otra final que terminó con la medalla de plata en el cuello de las japonesas. Sin embargo, poco a poco la generación que conquistó el título en Alemania hace ocho años se va apagando. Si hasta once de las catorce finalistas en 2015 sí formaron parte de la convocatoria mundialista en 2011, de ese equipo que alcanzó la gloria en Alemania solo quedan cuatro jugadoras (Rumi Utsugi, Saki Kumagai,  Mana Iwabuchi y Mizuho Sakaguchi). Ha llegado el relevo generacional en una lista en la que solo seis futbolistas superan la frontera de los 28 años. Algunas ya aprietan por detrás tras conquistar el año pasado el Mundial sub-20 ante España. Octava en el ránking FIFA y encuadrada en un grupo con Inglaterra, Escocia y Argentina, Japón afronta el reto de emular los éxitos de sus últimos dos Mundiales. Las expectativas son altas, la competencia es múltiple y el reto parece mayúsculo. Nadie ha disputado tres finales seguidas del Mundial femenino.

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Saki Kumagai es una de las estrellas de la selección japonesa. Foto: Focus Images Ltd.

¿Emulará Francia el efecto oranje de la Eurocopa de 2017?

Francia nunca ha jugado una gran final de un torneo de fútbol femenino. Se ha quedado varias veces al borde del éxito, pero nunca ha dado el último paso. Su techo en una Eurocopa reside en los cuartos de final; en 2011 cayó en las semifinales del Mundial ante Estados Unidos en una eliminatoria que se decantó en el último cuarto de hora; y Alemania la apeó en cuartos en la última edición del torneo tras una tanda de penaltis. Tampoco ha conseguido nunca una medalla en los Juegos Olímpicos, siendo el certamen de Londres 2012 la ocasión en la que estuvo más cerca, cuando perdió ante Canadá en el choque por el tercer puesto en el descuento. El Olympique de Lyon domina el fútbol europeo con una plantilla repleta de jugadoras galas, especialmente en la línea defensiva, pero la selección es otra historia. La base será la del OL, con Le Sommer ante la responsabilidad de anotar los goles y Renard y Bathy en el eje de la defensa y algunos retoques procedentes del PSG (Geyoro) o el toque de experiencia de las veteranas Bussaglia y Thiney, aunque el reto será aprovechar el clima generado en los últimos años para llegar más lejos que nunca en un gran torneo. El sueño francés es emular lo que lograron los Países Bajos en la última Eurocopa, cuando alzaron su primer título en casa en un campeonato que enganchó por completo a un país con un currículum de éxitos hasta entonces en blanco. El juego desplegado por el equipo oranje y el título conquistado no solo despertó interés, sino que fidelizó a más aficionados y multiplicó la masa social de los partidos del combinado nacional. Replicar ese mismo efecto dos años después en Francia supondría un éxito incuestionable.

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Eugénie Le Sommer es la referencia goleadora de la selección francesa. Foto: Focus Images Ltd.

Alemania quiere recuperar el trono

Con dos Mundiales y un subcampeonato, Alemania se ha consolidado como una de las potencias del fútbol femenino. En 2017 se rompió una racha de seis Eurocopas seguidas en las que se coronaron campeonas y también ostentan la condición de vigentes campeonas olímpicas en Río 2016. El Wolfsburgo ya no manda en Europa, a la sombra del Olympique de Lyon, pero aun así la selección goza de buena salud, con un nivel medio de la plantilla bastante alto y alternativas en el banquillo. Schult es una portera de garantías, Dzsenifer Marozsan mueve los hilos en la medular y Alexandra Popp pone los goles. También el Bayern, semifinalista de la última edición de la Champions, aporta algunos nombres interesantes a través de la juventud de Däbritz en tres cuartos y de Leupolz en la medular. La eliminación a manos de Dinamarca en los cuartos de final de la última Eurocopa supuso una sorpresa morrocotuda, por la que el elenco alemán tendrá ganas de reivindicarse tras dos Mundiales sin alcanzar la final.

Una gran cita sin Ada Hegerberg

Eliminada en los octavos de final del Mundial de 2015 ante Inglaterra, ausente en los dos últimos Juegos Olímpicos y eliminada en la fase de grupos de la Eurocopa 2017 como colista (por detrás de Dinamarca y los Países Bajos, a la postre finalistas), Noruega ha bajado sus prestaciones en sus últimos grandes torneos de selecciones. Una de las mayores potencias del fútbol femenino en los primeros Mundiales (lo ganó en 1995) y un rival a batir en la historia de las Eurocopas (campeona en 1987 y 1993, finalista en 2005 y 2013) parece destinada a sufrir en un grupo complicado con Francia, Nigeria y Corea del Sur. Cuenta con algunas jugadoras destacadas en el fútbol europeo en su posición como la lateral derecha Maren Mjelde (Chelsea) o la flamante incorporación del FC Barcelona, Caroline Hansen, una extremo veloz y desequilibrante, pero echará de menos a su delantera de referencia. Sin Ada Hegerberg, que ha renunciado a representar a su selección en el Mundial en su lucha para mejorar las condiciones de las futbolistas de Noruega (más allá de la equiparación salarial), Noruega deberá buscar fórmulas alternativas para acercarse al gol.

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La delantera del Olympique de Lyon Ada Hegerberg no juega con la selección de Noruega desde la última Eurocopa. Foto: Focus Images Ltd.

Holanda ya es una aspirante más

Su fútbol ofensivo, fresco, atractivo y dinámico maravilló a Europa hace dos años. Organizaron la Eurocopa, sorprendieron a todo el mundo y acabaron conquistando el título. Dos años después, no obstante, la selección de los Países Bajos vuelve a disputar una gran cita y ahora será vista desde otra perspectiva. Los rivales plantearán los partidos de otra forma, desde el respeto hacia las vigentes campeonas de Europa, y sus futbolistas deberán lidiar con una presión diferente. Unas expectativas diferentes. Se clasificaron por la vía más larga para el Mundial, después de quedar segundas en un grupo con Noruega y eliminar a Suiza y Dinamarca (en la reedición de la final de la Eurocopa) en la repesca. Partirán como favoritas en el grupo con Camerún, Nueva Zelanda y Canadá, donde empezaremos a medir cómo han progresado Lieke Martens, Shanice van de Sanden, Sherida Spitse o la delantera Vivianne Miedema. La evolución del bloque campeón de Europa, que ya era muy joven hace dos años, es uno de los grandes alicientes del Mundial de Francia.

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La selección femenina de los Países Bajos acude al Mundial como vigente campeona de Europa. Foto: Focus Images Ltd.

¿La tercera semifinal consecutiva de Inglaterra?

Otro de los países en tendencia ascendente en los últimos años en los principales torneos del fútbol femenino es Inglaterra. El Chelsea viene de plantar cara al Olympique de Lyon en las semifinales de la Champions femenina, y el Manchester City también ha alcanzado esa ronda del campeonato más prestigioso de clubes en Europa recientemente. La selección anda por buen camino, pues ya fue semifinalista del Mundial en Canadá, donde eliminó a Noruega y a las anfitrionas en las rondas eliminatorias, y también de la Eurocopa de 2017. Chelsea y especialmente Manchester City copan la mayor parte de la convocatoria mundialista en un equipo que cuenta con jugadoras de referencia en las áreas. Las centrales Steph Houghton y Millie Bright (la primera citizen, la segunda blue) aportan seguridad en una retaguardia en la que Lucy Bronze, del Olympique de Lyon, es indiscutible en el lateral derecho. En ataque Phil Neville también dispone de pólvora con Nikita Parris, autora de seis goles en la fase de clasificación y ya fichada por el Olympique de Lyon de cara al próximo curso; la máxima goleadora de la Eurocopa, Jodie Taylor; la delantera Toni Duggan, propiedad del Barcelona; y la inquieta Fran Kirby, que también puede actuar por las bandas o entre líneas.

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Nikita Parris fue la máxima goleadora de Inglaterra en el proceso clasificatorio para el Mundial. Foto: Focus Images Ltd.

Mejorar la contundencia en el área rival, el reto de España

Poco a poco España se ha convertido en un asidua en las grandes citas del fútbol femenino de selecciones. La temporada del récord de asistencia al Metropolitano y de la histórica clasificación del Barcelona para la final de la Champions culmina con el Mundial en el país vecino, donde España acude con ganas de mejorar el resultado obtenido en Canadá en 2015. Entonces el cuadro español cayó en la fase de grupos (empató ante Costa Rica, perdió por un gol ante Brasil y Corea del Sur) y acabó colista. Todavía no ha podido ganar un partido en un Mundial. Ya en la Eurocopa se percibió una mejoría, cuando solo la tanda de penaltis ante Austria le separó de las semifinales, aunque el grupo del Mundial no será sencillo. España ha quedado encuadrada con Alemania, a priori favorita a ser primera, y deberá competir con China y Sudáfrica por el acceso a octavos. Si queda segunda de grupo, se cruzará en octavos contra el campeón del grupo en el que están Suecia y Estados Unidos. La mezcla entre las estrellas del Barcelona y el Atlético de Madrid confecciona la columna vertebral de un equipo que también cuenta con la seguridad de Irene Paredes (PSG) en defensa y la calidad en el toque de Virgina Torrecilla (Montpellier) en el centro del campo. En otros torneos España ha logrado controlar la posesión a través de la acumulación de centrocampistas con una notable técnica, pero ha adolecido de mayor contundencia en el área. En ese aspecto, la inspiración de Jennifer Hermoso en el golpeo será uno de los principales recursos de España de cara a portería junto a los disparos desde la frontal de sus centrocampistas o lo que pueda exprimir de las jugadas a balón parado.

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España cayó en los cuartos de final de la última Eurocopa. Aún no ha ganado un partido en un Mundial. Foto: FOcus Images Ltd.

Suecia se construye desde la defensa

Aunque si bien es cierto que no llegó a disputar uno de los dos partidos contra Dinamarca en plena reivindicación salarial del equipo danés para equiparar sus derechos con los equipos masculinos, Suecia cerró la fase de clasificación con solo dos goles en contra. Es un dato que refleja las fortalezas del conjunto nórdico, repleto de referentes en la parcela defensiva en los grandes clubes europeos. Lindahl ha sido la portera del Chelsea en los últimos años, club en el que ha compartido vestuario con Jonna Andersson y Magdalena Ericsson recientemente. También la central y capitana Nilla Fischer actúa en uno de los gigantes del fútbol europeo, el Wolfsburgo, mientras Sembrant milita en el Montpellier. La línea defensiva es una de las fortalezas de Suecia, que todavía cuenta con Caroline Seger (34 años, ex PSG y O. Lyon) en el centro del campo, mientras en ataque se asoman algunos nombres interesantes como Rolfö, Asllani, Jakobsson y Blackstenius que permiten desplegar al cuadro escandinavo a la contra. Suecia no ha ganado ningún título en los últimos años, pero siempre ha estado en la pelea. Ha sido semifinalista en cuatro de las últimas seis Eurocopas (finalista en 1995 y 2001), alcanzó la penúltima ronda del Mundial en 2011 y ostenta la etiqueta de vigente subcampeona olímpica en Río 2016.

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Hedvig Lindahl ha defendido la portería del Chelsea en las últimas temporadas. Foto: Focus Images Ltd.

La involución de Brasil

Pese al aura que rodea a Brasil y la siempre reconocible figura de Marta, que disputará su quinto Mundial con la Canarinha, la selección brasileña nunca se ha impuesto en una gran cita en el fútbol femenino lejos de Sudamérica. Ha acariciado la gloria varias veces (dos medallas de plata olímpicas, un subcampeonato en el Mundial de 2007), pero nunca ha ganado. En los últimos años su rendimiento incluso ha decaído. No se ha llevado ninguna medalla a casa en los dos últimos Juegos Olímpicos, ni siquiera en Río de Janeiro, y en los dos últimos Mundiales ha ido bajando algunos peldaños en la jerarquía del fútbol mundial. En 2011 se despidió en cuartos y en 2015 no superó los octavos ante Australia. Sus referentes ya son muy veteranas. La incombustible centrocampista Formiga, con una trayectoria intachable, tiene 41 años y disputará su séptimo Mundial. La mediapunta zurda Cristiane, que hace dos años lideró al PSG hasta la final de la Champions, ya tiene 34 años. Uno más que la ya citada Marta. Y tampoco gran parte de su plantilla figura en las agendas de los grandes clubes del momento. La propia Marta, Debinha, Camila Martins y Andressinha militan en el fútbol estadounidense, Formiga juega en el PSG, Andressa Alves alterna titularidades y suplencias en el Barcelona y la velocidad de Ludmila ha causado estragos en el fútbol español con el Atlético de Madrid.

Australia y Canadá, potenciales outsiders

Quizás con peor cartel que otros equipos con mayor tradición, tanto Australia como Canadá se postulan como candidatas a pegar un susto a cualquiera. Las Matildas, apodo con el que se conoce al cuadro oceánico, disfrutan de una de las mejores jugadoras del torneo. Sam Kerr es su atacante más decisiva y con apenas 25 años ya es la máxima goleadora histórica tanto de la W-League (liga australiana femenina) como de la NWSL (liga estadounidense femenina), donde milita actualmente. De hecho, hasta 13 de las convocadas para el Mundial están afincadas en la liga de Estados Unidos, un indicador de la calidad y del potencial de un equipo con mucha pólvora en ataque y con algunos problemas en defensa que comparte grupo con Brasil, Italia y Jamaica. Su techo lo marcan los cuartos de final, tanto en los últimos tres Mundiales como en sus participaciones en los Juegos Olímpicos. Por otro lado, Canadá se encuentra en una tesitura similar a la de Australia. Después de un Mundial desastroso en 2011, el cuadro norteamericano ha encadenado tres participaciones notables en las citas marcadas en rojo en el calendario del fútbol femenino. En 2015 aprovechó su condición de anfitriona para plantarse en los cuartos de final de su Mundial y tanto en 2012 como en 2016 se llevó la medalla olímpica de bronce. Su principal esperanza para repetir éxito en Francia 2019 es la veterana goleadora Christine Sinclair, de 35 años, que ha disputado más de 280 partidos con la selección y está a tres dianas de igualar el registro de Abby Wambach como máxima anotadora en el fútbol de selecciones (184 dianas para la estadoundiense).

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Lucy Bronze y Christine Sinclair pugnan por el balón en un amistoso entre Canadá e Inglaterra. Foto: Focus Images Ltd.
Foto de portada: Focus Images Ltd.

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