¿Quién será el próximo? – Líder en deportes


El Borussia Monchengladbach enfrenta al Bayer Munich y Juan Arango ordena el juego y da la pauta del partido. El Newcastle United se mira a las caras con el Manchester United y Salomón Rondón va de frente contra los zagueros rojos. El Torino se juega los puntos enfrentando a la Juventus, y Tomás Rincón pone la pausa y manda al ataque a sus compañeros. Arango ya no merodea por las canchas, Rondón defiende la camiseta de un equipo recién ascendido a primeras división en España, el Oviedo, y Rincón se juega sus últimas barajas en el Santos brasilero. Todo esto fue una coincidencia, feliz coincidencia para el fútbol venezolano que parecía comenzar hace unos años una época de finos baluartes en buenos equipos de ligas de prestigio: Alemania, Inglaterra, Italia. La cascada crecía, su caudal ya era indetenible…

Pero no ha sido así. Solo Jon Aramburu, en la Real Sociedad, Yangel Herrera, en el Girona, Jefferson Saverino, en el Botafogo, y Yeferson Soteldo en el Fluminense, hacen sonar las campanas en el llamado gran fútbol. Es posible que en la actualidad haya en el exterior más jugadores que nunca, puede ser, pero ¿cómo, en cuáles clubes de renombre? Recordemos lo que eran en simultáneo Arango, Rondón y Rincón. No había día de la semana en que no fuesen noticia, ellos y sus clubes. Hoy se sabe de decenas jugadores regados por el mapa mundi, pero sin la trascendencia del trío grande. Claro, algunos de los jugadores jóvenes, como Telasco Segovia, por poner un ejemplo, podrían llegar a metas soñadas, pero por ellos había que esperar. Todo esto lo decimos objetivamente, sin ponernos la camiseta nacional como aficionados y viendo al fútbol desde la realidad; sabemos de las pasiones nacionalistas y ellas se justifican, pero cada cosa en su momento y lugar…

Porque no es igual jugar en Ucrania que en Alemania, en Chipre que en Inglaterra, ni en Guatemala que en Italia. El jugador va donde puede y donde el empresario le consigue, no es culpa de él, que siempre va embalado en la loca carrera de pocos años que es ser futbolista. Los mercados se han abierto, y cada día más, y en todas partes requieren de hombres para competir. Venezuela necesita, le urgen figuras internacionales, jugadores que puedan igualarse con los más llamativos. En cada época, en cada camada de muchachos aparecen los “geniecillos” (como llamábamos a los más aprovechados cuando dábamos clases en la Universidad Católica Andrés Bello), pero el país sigue a la espera de que alguno se consagre. No es fácil, porque la cantidad de virtuosos que saltan de cada rincón del planeta y a cada instante enceguece. ¿Quién será el próximo, del mundo entero y de Venezuela? Nos vemos por ahí.



Source link