El dueño y jefe de equipo de la Fórmula 1 (F1), Eddie Jordan, propietario de la escudería Jordan, aquel recordado y querido monoplaza amarillo, falleció este jueves en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, a la edad de 76 años tras perder una batalla con el cáncer de próstata.
El empresario irlandés, nacido en 1948, estuvo batallando contra la enfermedad durante un año y hoy su familia comunicó su deceso, un hecho que lamentan todos los que compartieron con él en el paddock desde su llegada en 1991 hasta su salida en 2005.
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En su vida se desempeñó como piloto de karting, monoplazas y prototipos, pese a que su verdadero éxito llegó como dueño y jefe de la ya mencionada escudería, que fundó en 1979 compitiendo en varios premios británicos.
Sin embargo, su verdadero gran éxito fue cuando llevó su equipo a la F1 en 1991 como Jordan Gran Prix, escudería que disputó 250 grandes premios, aunque tan solo consiguió cuatro triunfos, Bélgica 1998 (Damon Hill), Francia e Italia 1999 (Frentzen) y Brasil 2003 (Fisichella) y tuvo en sus inicios a uno de los mejores conductores de la historia, Michael Schumacher.
Si bien Jordan dejó sus colores en la F1, su «legado» continúa, pues hoy en día su lugar lo ocupa Aston Martin con su fábrica en Silverstone, que ya venía de varios cambios y dueños. Desde 2005, cuando se vendió al grupo Midland, y en 2006 se convirtió en Spyker, ambos resultados casi nulos. Luego en 2008 pasó a ser Force India (también con resultados discretos) hasta 2018, que tuvo que renombrarse como Racing Point para evitar la banca rota y en 2020 el empresario Lawrence Stroll lo compró y lo mantiene, ahora bajo el nombre Aston Martin.