La historia de amor entre Rafa Nadal y el Mutua Madrid Open llegó a su fin tras su reciente derrota en octavos de final. Jiri Lehecha fue el encargado de frenar el camino del balear en un torneo que tanto le ha dado. En total, Nadal ha levantado el título en 5 ocasiones, pero no podrá hacerlo una sexta vez tras caer por 7-5 6-4 ante el checo. Y es que el local dio todo y más en un encuentro en el que Lehecka se mostró fortísimo con su derecha, muy fuerte al servicio y subiendo como un lince a la red. Sin embargo, este partido se recordará por cómo Nadal se dejó la piel en cada punto, sacando lo mejor que podía dar en estos momentos y por cómo la conexión con el público fue uno de los factores para mantenerlo vivo hasta el final.
Rafa se enfrentaba a uno de los partidos más difíciles en su paso por Madrid, pues el rival que tenía delante no iba a darle oportunidades fácilmente. El encuentro arrancó bastante igualado, con un Lehecka muy fuerte al servicio y con ambos firmando peloteos muy serios e intensos. Ante los golpes planos del checo, Nadal respondió con su gran mano con la dejada y siendo bastante serio al servicio. El español, sin embargo, vio cómo Lehecka repartía misiles por saques y al que le corría la bola una barbaridad. Aún así, el mallorquín plantó cara a un jugador que no llevó nada bien los cambios de ritmo de su rival, sintiendo de verdad la presión. Precisamente fue el checo quien se sintió al borde del precipicio en dos ocasiones, aunque salvando los muebles gracias a ese imponente servicio.
De hecho, Lehecka fue el primero en verse en problemas al afrontar la primera bola de break del encuentro cuando parecía que lo sacaba con facilidad. Nadal buscó llevarle lejos de la línea de fondo para abocarle al error, pero Lehecka asumió muy bien su papel de ser agresivo y de firmar varias voleas imposibles que le mantuvieron a buen nivel. Y es que un ordenado Nadal no pudo desequilibrar a su rival que no dejó de salir de los problemas una y otra vez. A estas alturas, el balear sintió cómo su drive le fallaba en el peor momento del encuentro. Tampoco le respondió la volea. Así, la agresividad de Lehecka terminó dándole resultados para romper el saque de un Nadal que cedió el servicio tras el mejor intercambio del encuentro. Con buen ritmo y bastante acertado, el checo cerró el primer set para dejar a su rival con un pie fuera.
Nadal no desfallece nunca
A pesar de haber jugado un buen set, Nadal empezó a enfrentarse al momento más oscuro del partido. El checo le pegó muy duro a la bola y, jugando un tenis que parecía no tener fisuras, entendió que llevar de un lado a otro a Nadal sería la respuesta para terminar de imponer su dominio en el marcador. Un nuevo break de Lehecka puso contra las cuerdas a un Nadal que necesitaba recomponerse para darse una oportunidad más en este encuentro. Ahí pareció que el balear empezaba a salir de la rueda negativa, pero la derecha de su rival fue un verdadero quebradero de cabeza.
La energía del encuentro se posicionaba del lado del checo cada vez más, pues conforme fue pasando el tiempo, el cansancio empezaba a acumularse y el balear tuvo que enfrentar el juego al servicio más difícil del partido. Terminó sacándolo adelante gracias también a los nervios de su rival, pero Nadal necesitó surfear una nueva ola para evitar el tsunami. Cada uno de sus servicios significó un nuevo episodio de lucha y agarre a la pista una y otra vez. Rafa no dejó de luchar, aguantando la marea y el cansancio de un duro ejercicio de resistencia. Derecha, servicio y volea ante todo. El checo se cubrió muy bien las espaldas y no le dejó margen a un Nadal dispuesto a agotar toda su energía para intentarlo una y otra vez.
A pesar de fundirse en uno con Madrid, Nadal no logró la épica esta vez. Rafa terminó firmando su último punto en un torneo más que especial en su carrera. Probablemente esta ha sido la última vez que hayamos visto al español jugar en España, en Madrid. Un bonito final para un bonito paso por la capital. ¡Gracias Rafa!