Italia está de enhorabuena con la irrupción de una generación de tenistas llamados a marcar época. Jasmine Paolini, tras un tremendo salto de calidad en 2024, se ha convertido desde hace meses en la mejor raqueta de su país.
No tiene la estatura de Sabalenka, ni el servicio de Rybakina, ni la potencia de Pliskova. Lo que sí tiene es una filosofía totalmente equipada para afrontar un circuito tan exigente como es el tenis profesional. Entrevistar a Jasmine Paolini (Castelnuovo di Garfagnana, 1996) es de las experiencias más agradecidas que me ha regalado esta profesión, una conversación donde cada pregunta tiene como respuesta una carcajada. En su buen humor está el secreto de su crecimiento, su talante para afrontar adversidades y ese carisma para que todo el mundo la adore.
Tras levantar su primer WTA 1000 en Dubái y a tan solo 400 puntos del top10, la mejor italiana del mundo se sienta con Punto de Break tras su paso por el Mutua Madrid Open. Nunca había ganado un partido en la capital de España, pero su nuevo estatus le ha llevado hasta los octavos de final, donde se cruzó con la osadía de la joven Mirra Andreeva. Una derrota que duele, como cualquier otra, pero que no impide a Jasmine quedarse con lo positivo de esta última aventura.
¿Cómo es jugar con Mirra Andreeva?
Es una gran competidora, ya lo ha demostrado en sus primeros torneos de Grand Slam, creo que es una chica que entiende muy bien el juego. Obviamente, sé que todavía tiene 17 años, pero cuando estás dentro de la pista no piensas esas cosas, solo te centras en el partido.
¿Puede que estuvieras algo falta de chispa?
Es posible, hoy estaba un poco más cansada, más lenta, pero no quiero poner excusas. Tácticamente me ha costado un poco más, lo noté desde el primer juego, me he visto un poco desordenada y al final lo he terminado pagando. Su bola me ha hecho mucho daño, sobre todo con el revés, tiene muchísimo potencial. Me da rabia haber perdido esta oportunidad, pero lo haré mejor la próxima vez, me llevo una experiencia muy positiva de este torneo.
Te vas con dos victorias muy buenas, ¿qué tal esos partidos?
Contra Vicky (Jiménez) jugué muy bien, apenas cometí errores en todo el partido, aunque sabemos que aquí está el factor de la actitud, que nunca es fácil de gestionar, mucho menos viniendo de jugar en Stuttgart. Contra Caroline (Garcia) fue otro gran partido, creo que saqué realmente bien, pero también resté muy bien, con mucha profundidad. Diría que esa fue la clave del encuentro, aunque también es verdad que ella cometió muchos errores. Ese día salí a la pista con la intención de ser muy agresiva y lo cumplí. Desde el primer momento en que llegué aquí me encontré muy cómoda, he disfrutado mucho de esta semana.
De lo que no hay duda es que 2024 está siendo tu mejor temporada.
No hay duda (risas). Estoy jugando bien, mentalmente he crecido mucho, me estoy adaptando a jugar a estos niveles […] Simplemente, estoy pensando en el presente, en el ahora. Están siendo momentos muy especiales, aprendiendo de cada evento que disputo, de cada tipo de rival a la que me enfrento.
¿Ganar un WTA 1000 te cambia la vida?
No, no te cambia la vida (risas). Estoy feliz por esa victoria, por supuesto, uno de mis objetivos siempre fue llegar más lejos en este tipo de torneos, así que es algo muy positivo tener un resultado así para aumentar la confianza en mi juego.
Es el boom del tenis italiano, ¿cuál es el secreto?
No lo sé, honestamente. La FIT ha hecho un gran trabajo apoyando a todos sus jugadores, aportándonos la opción de viajar con preparadores físicos y fisioterapeutas. Creo que esto es de mucha ayuda a la hora de preparar y ganar partidos, entre todos nos estamos empujando a ser cada día mejores, destacando la figura de Jannik Sinner por encima del resto, él es quien nos empuja a los demás. Es muy bonito contar con tantos jugadores italianos en la actualidad.
¿Cuáles son tus referentes dentro del tenis Italiano?
Mi entrenador me estuvo empujando durante estos dos o tres últimos años a observar mucho a Jannik, observar cómo golpea la bola, cómo se mueve detrás de la bola, cómo consigue siempre tirar así de fuerte con cada tiro. He visto mucho a Jannik, creo que es un gran ejemplo.
¿Y en mujeres?
No lo sé, porque en Italia no hay una que juegue similar a mí […] Por supuesto, siempre hablé mucho de tenis con Sara Errani, pero pienso que tenemos un estilo diferente, así que intento estar cerca de ella para aprender cómo piensa dentro de la pista, cuáles son sus secretos. Sara siempre está dispuesta a ayudarme, tanto dentro como fuera de la pista, poco a poco voy entendiendo mejor el juego.
¿Qué se siente al despertar y saber que no hay nadie mejor que tú en toda Italia?
Nada (risas). Si lo pienso mucho, está claro que es algo increíble, soy consciente de que no es algo fácil de alcanzar. Estoy muy orgullosa de mí misma por haber llegado a esta posición tan privilegiada, a veces intento verlo como si fuera esa niña que empezó a jugar hace muchos años, esa que siempre soñó con ser la mejor tenista italiana del mundo. Ahora todo es un poco diferente.
No le quieres dar mucha importancia, aunque la tenga.
No mucha. En mi caso, pongo toda mi atención en centrarme en mis cosas y seguir mejorando mi tenis cada día, pensando solo en el presente, torneo a torneo, partido a partido. Solo quiero disfrutar, estoy en una posición privilegiada, es increíble estar disputando estos torneos, así que lo que quiero es divertirme.
Eres italiana pero también llevas sangre polaca y ghanesa.
Es una mezcla interesante, estoy muy orgullosa de la sangre que tengo. Puedo hablar polaco, de hecho, así que estoy contenta por tener raíces de tantos países, significa mucho para mí. Mi abuelo es de Ghana, nunca estuve allí, tampoco conozco su idioma, pero estoy segura de que si puedo moverme tan bien sobre la pista es por él (risas).
Estás cada día más cerca del top10, ¿lo piensas?
(Risas) Intento no pensar mucho en esto, solo quiero disfrutar de cada torneo, seguir saboreando estos momentos que estoy viviendo cada vez que pongo un pie en la pista. Quiero ser una mejor jugadora, quiero ser mejor que el día anterior, esto es lo más importante ahora mismo para mí, por encima del ranking.
¿En qué superficie te sientes más cómoda?
Si me hubieras hecho esta pregunta hace tres años te hubiera dicho que tierra batida, sin dudarlo, pero ahora he mejorado mucho en pistas duras. Los dos torneos WTA que he ganado han sido sobre cemento, eso significa algo. No lo sé, no sabía muy bien qué esperar antes de esta gira de arcilla, ya que muchas cosas han cambiado. Por supuesto, estoy feliz de volver a jugar en arcilla, es la superficie sobre la que crecí y me encanta.
Hace unos días le preguntaba a Sara (Errani) por la altura actual de las tenistas profesionales. ¿Cómo es convivir entre gigantes?
Es difícil, es difícil… he hecho, puedo decirte que Sara es un poquito más alta que yo (risas). Cada jugadora tiene tiros y sus cosas positivas, pero a veces no es nada fácil cuando pasas por al lado de estas jugadoras, parece como si fueras menos que ellas, son todas muy grandes y yo soy pequeñita. Rybakina, Sabalenka… no hay manera de compararse con ellas (risas). Pero está bien, me quedo con las cosas positivas, sé perfectamente cuáles son mis armas, así que no tengo ningún problema. Ser más alta me ayudaría a tener un mejor servicio, pero no me preocupa.
A Diego Schwartzman, cuando era un niño, llegaron a decirle que jamás sería tenista.
Me pasó, por supuesto. Hubo mucha gente que veía mi estatura como un problema para ser tenista, pero me daba igual, nunca presté atención a esos comentarios. Lo que tengo es lo que hay, es increíble haber llegado hasta aquí con mis 160 centímetros (risas).
En un deporte tan exigente como es el tenis, me fascina que nunca pierdas la sonrisa.
(Risas). No siempre estoy así de feliz, no es tan fácil como parece. Cada día es un reto diferente, cada semana es un torneo distinto, un lugar distinto y unas rivales distintas, además de una superficie diferente. Lo importante es que me divierto mucho con lo que hago, aunque sea mi trabajo. No podría afrontarlo con otra actitud estando en esta posición.
¿Cuánto te motivan los próximos Juegos Olímpicos?
¡Muchísimo! Para mí es súper especial disputar unos Juegos Olímpicos, todavía recuerdos los últimos en Tokio, fue grandioso estar ahí. La gente puede pensar que es un torneo más pero no es así, en esos momentos es donde te paras a pensar, miras a tu alrededor y te das cuenta de dónde estás.
¿Ganar una medalla o un Grand Slam?
[…] Difícil, no lo sé. Con ganar uno de los dos ya estaría bien (risas)
¿Qué tal es tu relación con Renzo Furlan?
Muy buena, trabajamos juntos desde hace siete temporadas, tenemos una relación fantástica. Él es muy calmado, en ese aspecto yo soy mucho más activa, pero creo que conectamos bien, encajamos a la perfección. Es impresionante todo lo que hicimos en todos estos años, él me conoce perfectamente, me ha ayudado mucho en este crecimiento.
¿Es la persona clave en tu ascenso?
Creo que sí, pero junto a Renzo hubo siempre más personas que nos ayudaron a mejorar. Son siete temporadas trabajando juntos, ganando esto y aquello, pero en 2023, por ejemplo, añadí un preparador físico de la Federación Italiana de Tenis. También tengo una persona que me ayuda con los video-análisis. Siempre pienso en todas las maneras posibles para mejorar mi tenis, intento estar siempre bien rodeada.
Tu carrera ya es mejor que la suya, ¿hay bromitas con esto?
(Risas) Después de lo que pasó en Dubái creo que sí, porque ahí me puse Nº14 del mundo y Renzo llegó hasta el Nº19. Lo sé porque un día vino un periodista y me recordó este dato, me dijo que mi ranking ya era mejor que el de mi entrenador, así que nos da para hacer de vez en cuando alguna broma con el tema (risas). Evidentemente, los dos estamos muy contentos, pero es cierto que hace dos años no pensaba que podría superarle en esta faceta del ranking, así que no está nada mal.
Renzo llegó a cuartos de final de Roland Garros, te queda esta para cerrar el debate.
Sí, esta es mi asignatura pendiente (risas). En Grand Slams todavía sigue siendo mejor él… pero bueno, ya veremos lo que pasa en el futuro (risas).
¿Es tu gran cuenta pendiente? ¿Los Grand Slam?
¡Claro! Antes de esta temporada jamás había ganado dos partidos seguidos en torneos de Grand Slam, solamente había llegado a segunda ronda. El objetivo en 2024 era romper ese techo, así que todo cambió en el Open de Australia, cuando pisé los octavos de final, pero antes nunca había conseguido un gran avance.
¿Por qué tardó tanto en llegar ese resultado?
Los cuadros no me lo pusieron fácil. Me tocó Kvitova en primera ronda de Wimbledon, terrible. Iga Swiatek en primera ronda del US Open, una locura. No es fácil contra estas jugadoras, así que empecé a ponerme demasiada presión sobre mí misma. Por eso siempre repito el mismo lema: centrarme en el presente y salir ahí fuera a disfrutar.
Y ahora Roma, ¿tienes pensado algo especial?
No tengo ninguna rutina distinta, pero es evidente que se trata de un torneo muy especial, diferente a los demás. Hacerlo bien allí significaría muchísimo para mí, es el torneo más importante que tenemos en Italia, así que cada temporada existe mucha expectación con los jugadores locales, lo cual tampoco es fácil. Quiero disfrutar del público, de toda la gente que vendrá a apoyarnos, ojalá tener suerte y disfrutar de todo esto dentro de la pista.